SAN ANTONIO, jueves, 30 de octubre de 2008 (ZENIT.org-El Observador).- El arzobispo de San Antonio, Texas, monseñor José H. Gómez, publicó este jueves, en las páginas del periódico San Antonio Express News, un artículo intitulado «No podemos ignorar los temas de la vida» en el que presenta criterios morales ante las próximas elecciones del 4 de noviembre en Estados Unidos.
Monseñor Gómez, uno de los obispos hispanos con mayor reconocimiento en Estados Unidos, señala en su artículo que «con la crisis económica oscureciendo el horizonte político, el mes pasado hemos dejado muy poco lugar para que otros temas penetraran en la mente de los norteamericanos, mientras nos preparamos para votar en las próximas elecciones».
«Ciertamente –escribe el arzobispo de San Antonio– la economía necesita de nuestra consideración más seria, junto con otros importantes asuntos como lo son la guerra, los servicios de salud o la inmigración».
Más adelante, en el artículo publicado por el principal periódico de San Antonio, una de las diez ciudades más grandes de Estados Unidos, y la que concentra el mayor porcentaje de población católica de este país que posee el tercer sitio en el mundo con mayor número de católicos– el arzobispo Gómez se lamenta de que en este panorama informativo, el tema de la vida haya sido relegado a segundo término frente al proceso electoral que enfrenta a Barak Obama, por el Partido Demócrata y a John McCain, por el Partido Republicano.
En opinión de monseñor Gómez, los medios informativos están publicando pocas herramientas para que los votantes conozcan de qué lado se encuentran los candidatos a la Presidencia con respecto al tema fundamental de la vida.
«La gente necesita saber las posturas de los candidatos en este asunto central que es la protección del derecho a la vida frente al aborto, la eutanasia, la investigación con embriones y la pena de muerte», escribe el arzobispo Gómez, quien agrega que «los votantes se sentirían mejor pertrechados si tuvieran una información completa de la definición de los candidatos sobre el matrimonio, célula de la sociedad como unión entre hombre y mujer».
«La cultura de la vida –añade monseñor Gómez en su artículo– tanto como la preservación de la definición fundamental de la familia humana, a menudo son temas disminuidos pues se les toma como puramente religiosos»; sin embargo, subrayó el arzobispo de San Antonio, «estos temas tienen un nexo fundamental con la civilización humana».
Al enfrentar las críticas y las confusiones a las que someten los medios y la sociedad estadounidense a quienes defienden la vida desde el momento de la concepción, monseñor Gómez señala que el derecho a la vida «representa el derecho primario garantizado en nuestra Declaración de Independencia; si no protegemos este derecho fundamental de cada persona humana, en todas las etapas de la vida, ningún otro tema de la libertad importa».
«Seguramente, muchos sacan conclusiones sobre este y otros temas pensando que son procesos guiados por la fe; sin embargo, la sociedad no debería insistir en que las personas de fe permanezcan en silencio frente a males tan graves», puntualiza el arzobispo de San Antonio, quien, más adelante, agregó: «Vivimos en una sociedad que desearía privatizar la religión, alejarla de la plaza pública, pero nosotros los que creemos en Dios no podemos dejar que se aleje, justamente, de la plaza pública».
En la parte final de su escrito, monseñor Gómez recalca que «nunca ha sido su propósito, ni el de la Iglesia, decirle a la gente cómo o por quién votar; sin embargo, nosotros tenemos la responsabilidad de ser la voz de los inocentes, de los necesitados, de la vida misma, en estos tiempos de efervescencia política, no podemos ignorar estos temas, muchos de los cuales nosotros los creemos no-negociables: si nuestra nación pierde el respeto por la vida y por los verdaderos valores de la familia, perderá su autoridad moral para guiar al mundo».
