CIUDAD DEL VATICANO, viernes 31 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- La situación de los cristianos en Oriente Medio, la identidad del Líbano y una solución "rápida y justa" de la cuestión palestina son las cuestiones que Benedicto XVI ha afrontado este viernes al recibir en audiencia al presidente de la República del Líbano, Michel Sleiman, maronita de 59 años, elegido el pasado mes de mayo tras largas negociaciones.

El Presidente fue recibido después por el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, en un encuentro al que posteriormente se añadieron Fawzi Salloukh, Ministro de Exteriores y de los Emigrados, y el arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados.


Durante estos "coloquios cordiales", revela un comunicado difundido por la Oficina de Información de la Santa Sede, "se ha reafirmado el interés de la Santa Sede por el Líbano y su empeño continuo para que sea salvaguardada su peculiar identidad".


Con este motivo, se expresó un "vivo aprecio" por "el esfuerzo que el país y sus líderes están realizando en el intento de reconducir la vida institucional dentro de los cauces de la normal dialéctica política, en la que todo componente del pueblo libanés pueda aportar su contribución al bien común y vea sus propias preocupaciones y expectativas tenidas debidamente en consideración".


En la conversación se habló también "sobre la delicada situación regional, augurando una rápida y justa solución a la cuestión palestina, y señalando las condiciones y los problemas de las comunidades cristianas en Oriente Medio".
El Papa y el presidente libanés estuvieron conversando privadamente durante alrededor de 25 minutos.


El Jefe de Estado ha regalado al Pontífice un libro en Árabe con los textos de un sínodo de la Iglesia maronita de 1736. El Papa por su parte ofreció a Sleiman una medalla del pontificado.


El Líbano tiene casi 4 millones de habitantes, de los cuales el 59,7% son musulmanes y el 39% cristianos.