CIUDAD DEL VATICANO, lunes 17 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI se ha dirigido al encuentro de oración por la paz que tiene lugar en Chipre para invitar a los representantes de las religiones allí reunidos a "mantener alta la llama de la paz".
El encuentro, como dice el mensaje, enviado en nombre del Papa por el cardenal Tarcisio Bertone, su secretario de Estado, que se celebra del 16 al 18 de noviembre, revive veintidós años después la histórica jornada mundial de oración por la paz de Asís, convocada por Juan Pablo II.
La iniciativa, como todos los años a partir de entonces, es convocada por la Comunidad de San Egidio, nueva realidad eclesial, y en esta ocasión por la Iglesia Ortodoxa de Chipre. Reúne, en particular, a líderes cristianos, judíos y musulmanes, así como a exponentes de la cultura y la política.
El pontífice desea que este momento "de escucha recíproca" sirva para "disipar las nieblas de la sospecha y de la incomprensión y para pedir a Dios Padre el precioso don de la paz".
En ese encuentro, desea el pontífice, "cada uno podrá abrir de par en par los ojos a la realidad y a la recíproca confrontación con los hermanos", ofreciendo "un momento de auténtico y recíproco conocimiento de las diferencias, de las singularidades y de los elementos que nos unen".
El mensaje pontificio recuerda que la paz "es a la vez un don y un deber": "don y deber que tiene que ser acogido, porque proviene de la multiforme sabiduría de Dios, pero también custodiado, desarrollado y madurado, porque los frutos que pueden brotar de esta fecunda planta dependen también de nuestra responsabilidad personal y de nuestro incansable empeño".
Por eso el Papa "invita a mantener alta la llama de la paz, alimentada por gestos cotidianos de caridad y de amistad fraterna".