CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 19 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- Poner a Cristo en el centro de la vida. Este es el consejo que dejó Benedicto XVI este miércoles, al concluir la audiencia general en particular a los chicas y chicos presentes en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Antes de despedirse de los miles de peregrinos el Santo Padre dirigió un saludo particular a los jóvenes, los enfermos y los recién casados.
Comenzó recordando que «el próximo domingo, último del tiempo ordinario, celebraremos la solemnidad de Cristo, Rey del Universo».
«Queridos jóvenes –exhortó–, poned a Jesús en el centro de vuestra vida y recibiréis de él luz y valentía», dijo.
«Cristo, que hizo de la Cruz un trono regio, os enseñe a vosotros, queridos enfermos –siguió diciendo– a comprender el valor redentor del sufrimiento vivido en unión con Él».
Por último, dirigiéndose a los recién casados, venidos al Vaticano con su traje de bodas, les deseó «reconocer la presencia del Señor en vuestro camino familiar».
La fiesta de Cristo Rey fue instituida en 1925 por el papa Pío XI, que la fijó en el domingo anterior a la solemnidad de todos los santos, como respuesta al avance del ateísmo y la secularización, según escribió en la encíclica «Quas primas«.
El Papa Pablo VI, en 1970, quiso destacar más el carácter cósmico y escatológico del reinado de Cristo. La fiesta se convirtió en la de Cristo «Rey del Universo» y se fijó en el último domingo del año litúrgico.