NUEVA YORK, viernes 21 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- La votación a favor de una nueva resolución en contra de la pena de muerte y a favor de una moratoria universal, adoptada este jueves por la Asamblea General de la ONU, ha sido acogida muy favorablemente por la Comunidad de San Egidio como un signo de «cambio de sensibilidad» en la mayor parte de los países del mundo.
En un comunicado hecho público este viernes, la Comunidad, una de las organizaciones católicas que más intensamente ha trabajado en todo el mundo por la abolición de la pena capital, ha afirmado que seguirá adelante para que la moratoria sea aprobada definitivamente por la Asamblea Plenaria.
Uno de los aspectos más satisfactorios de esta votación, asegura el comunicado, es el aumento de los países que se han manifestado en contra de la pena de muerte.
«Muchos países africanos y de Asia central han pasado en estos dos últimos años a protagonizar esta batalla por una justicia más humana», entre ellos «muchos que han sufrido la experiencia terrible del genocidio y el apartheid, y que han renunciado a la pena de muerte como instrumento de justicia», como Camboya, Ruanda, Burundi y Sudáfrica.
Es necesario, afirman, seguir trabajando para «difundir esta cultura de la vida que deslegitima la pena de muerte y anima a una reducción de la violencia y a emprender caminos de reconciliación y convivencia pacífica».
La pena de muerte «no es solo una cuestión interna de cada país, sino que hoy es oficialmente una cuestión que atañe a la comunidad internacional», añade el comunicado.
La Comunidad de San Egidio ha anunciado también su participación, junto con otras organizaciones para la defensa de los Derechos Humanos, en la Jornada Internacional de las Ciudades por la Vida contra la Pena de Muerte, que unirá a cerca de mil ciudades de todo el mundo el próximo 30 de noviembre.