BRUSELAS, viernes 28 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- El secretario general de la Comisión de Representantes de las Conferencias Episcopales de Europa (COMECE), el sacerdote Piotr Mazurkiewicz, hizo este jueves público un comunicado en el que mostró el apoyo de esta institución a la decisión de la Oficina Europea de Patentes (EPO) de no admitir patentes procedentes de células madre embrionarias de origen humano.
«Obtener una patente sobre células madre embrionarias es contrario a la ley europea de patentes», afirmó Mazurkiewicz. «Esta confirmación por parte de la Oficina Europea de Patentes supone una decisión sensible y un signo importante para la protección de los embriones humanos».
Según una nota enviada a ZENIT por la COMECE, la ley europea de patentes «prohíbe la patentación de cultivos de células troncales humanas cuya preparación implique necesariamente la destrucción de embriones humanos».
La decisión ha sido tomada por la Corte de Apelación de la EPO, en su deliberación sobre si concedía o no la patente a un método para obtener cultivos de células madre embrionarias procedentes de primates superiores, incluido el hombre, y desarrollado por WARF/Thomson.
Ya en octubre de 2006, el obispo Adrianus van Luyn, presidente de la COMECE, envió una Nota Amicus Curiae a esta Corte, presentando las objeciones éticas y legales a la concesión de este tipo de patentes.
En la Nota se subrayaba la responsabilidad de la Oficina hacia la sociedad sobre permitir o no aplicaciones que cuestionaban la inviolabilidad de la vida humana y su dignidad.
«Aunque una patente tiene formalmente sólo el objetivo de evitar que otras personas utilicen cierto invento (o vendan licencias permitiendo usarlo), las patentes implican con todo un cierto apoyo al invento reconocido», afirma la COMECE.
«En cualquier caso, según la Convención Europea de Patentes, cualquier invención tecnológica que tenga que ver con el uso de embriones humanos con fines industriales o comerciales está excluida».
En el presente caso, explica Mazurkiewicz, Thomson había pedido, entre otras cosas, que se le permitiera realizar cultivos de células madre embrionarias humanas; en 2003 había excluido el método de recogida de células embrionarias en estado de bastocisto, que es el primer paso esencial para el cultivo de las células embrionarias.
En cualquier caso, subraya la COMECE, «existe un vínculo indisoluble entre el uso de embriones humanos para la investigación, y el cultivo de células madre embrionarias humanas, tanto para su uso con fines comerciales como industriales».
«Por esta razón, resulta imposible separar estas dos fases una de la otra cuando se consideran en términos de derecho de patentación».
La COMECE es la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea, y la forman 24 obispos delegados de los respectivos episcopados de Austria, Bélgica, Bulgaria, República Checa, Inglaterra y Gales, Escocia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Malta, los Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumanía, Escandinavia, Eslovaquia, Eslovenia y España.
También están presentes el arzobispado de Luxemburgo, así como Croacia y Suiza en calidad de miembros asociados.
Este organismo se creó en 1980 para seguir y analizar los procesos políticos y legales de la Unión Europea, así como para ofrecer las enseñanzas y orientaciones de la doctrina social de la Iglesia ante ellos.