Encuentro Mundial de las Familias en México, una apuesta por los valores

Entrevista con el coordinador general, monseñor Jonás Guerrero Corona

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MÉXICO, miércoles 17 de diciembre de 2008 (ZENIT.org-El Observador).- Todo está listo para el esperado Encuentro Mundial de las Familias (EMF), convocado por Benedicto XVI, en la Ciudad de México, del 13 al 18 de enero de 2009.

Por tal motivo monseñor Jonás Guerrero Corona, obispo auxiliar de la arquidiócesis primada de México y coordinador general del EMF-2009, comparte con nosotros el proceso catequético que se ha preparado para que este acontecimiento eclesial ofrezca los frutos esperados.

–¿Cómo beneficia este encuentro a las familias mexicanas?

–Monseñor Guerrero Corona: No debemos perder de vista que, en primer lugar, el EMF tiene dos grandes objetivos: hay un objetivo internacional,  motivador, impulsor, estimulante para toda la gente que está a favor de la familia a niveles de bioética, a niveles de leyes y familia. Esto es algo muy delicado en el caso de México, donde las Cámaras de diputados y senadores necesitan una reflexión más profunda en estos temas, porque a veces se emiten leyes que no toman en cuenta las consecuencias que tendría una ley. Por tanto habrá especialistas del mundo entero, de gente que está librando batallas a grandes niveles de la ONU en defensa de la familia.

Otro objetivo es el que se dirige a lo que llamamos la pastoral familiar, a todos los movimientos, asociaciones y grupos que promueven los valores de la familia, aun gente que no es creyente católica y de otras denominaciones. Hay cantidad de grupos interesados en este asunto tan delicado que es salvaguardar la familia.

En suma, esos son los dos grandes objetivos de un encuentro mundial que, al cumplirse, se convierten en beneficios directos.

–¿Cómo ha sido el proceso de preparación para favorecer el interés y asimilación del EMF entre los católicos mexicanos?

–Monseñor Guerrero Corona: Se invitó a todos los niveles –diócesis, vicarios episcopales, y a través de ellos a su vez, a los encargados de pastoral familiar de cada vicaría, de cada decanato– para que ellos logren invitar a todas las personas que deben y pueden ir. Esto se fue logrando en la medida en que los animadores de la pastoral familiar estuvieron informados y consiguieron el material.

La preparación fuerte se promovió con las catequesis y subsidios, 23 talleres, realizados a través de los que coordinan la pastoral familiar en diócesis, vicarías, decanatos, parroquias… Es obvio que si una vicaría  no tiene una organización, una plataforma, las familias de esas demarcaciones no pudieron prepararse. Sin embargo en muchos lugares hubo iniciativas muy interesantes: una exposición pastoral familiar, muchas inquietudes transformadas en programas, retiros espirituales, reflexiones.

–¿Cómo se hará llegar toda esta riqueza que entraña el EMF a las personas que no puedan asistir?

–Monseñor Guerrero Corona: Ya el hecho de poder repartir un millón de subsidios y medio millón de catequesis que se hicieron llegar a las familias, y que tengan estos recursos concretos asequibles sobre valores, es un fruto del encuentro. ¿Dónde va a encontrar la exposición de estos valores, motivados, estimulados, sustentados en un texto bíblico, en un texto del magisterio la gente más sencilla de nuestras barriadas?

Algunos lo van a hacer después: los subsidios y las catequesis las van a prolongar a lo largo del año 2009. Hay muchísimas inquietudes, realizaciones, programas, retiros, charlas, reflexiones y demás.  Aquí entra la creatividad de los que coordinan la pastoral familiar.

–Algunas familias, tal vez por la cuestión económica, no podrán asistir al encuentro, ¿cómo pueden unirse a esta celebración?

–Monseñor Guerrero Corona: Para hacer accesible la asistencia a la mayor cantidad posible de familias hemos estado ofreciendo becas, medias becas, cuasi becas. Ojalá que todas las familias interesadas acudan a sus párrocos.

Habrá gente que no pueda ir al congreso, pero les quiero recordar que la Fiesta de las Familias –el sábado 17 a las 5 de la tarde, en la explanada de la Basílica de Guadalupe– y la Misa de clausura tienen entrada libre, que se van a coordinar con boletos, que son gratuitos.

Otra forma de participar es unirse en oración para que este encuentro convocado por el Papa rinda los frutos que Dios quiere que se logren para bien de las familias: si salvamos a la familia, salvamos la humanidad.

Por Gilberto Hernández García

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ZENIT Staff

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