MADRID, martes 17 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- La comunicación eclesial bien realizada podría servir de modelo ético al actual mundo del periodismo. Así lo afirmó ayer el padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, durante su intervención en la Asamblea Anual de la CEMCS (Comisión de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española).
Este modelo ético se caracterizaría por una información que se refiere al hombre en su integridad, libre de intereses «mundanos», que busca la paz y la reconciliación y que atiende a las necesidades de los pueblos más desfavorecidos, marginados de los sistemas informativos mundiales.
El padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, de Radio Vaticano y del Centro Televisivo Vaticano, intervino en esta asamblea, que trataba sobre » Infoética: por una comunicación social a la medida de la dignidad humana», con una conferencia sobre «Los medios de comunicación católicos: la experiencia comunicativa de la Santa Sede».
«La misión fundamental de la Iglesia es comunicar en anuncio del Evangelio con todos los medios a su alcance», explicó, por lo que la comunicación hacia el mundo cobra «tanta importancia o más» que la comunicación interna en la propia Iglesia.
Para ello es necesario, añadió, estar atento «a lo que sucede en el mundo actual» para «dar una respuesta».
«No podemos pensar en una comunicación católica separada de la comunicación profana, sino que se trata de ver al hombre y sus problemas desde la perspectiva del evangelio. No nos interesa solo la vida de la Iglesia, sino la de toda la humanidad, con sus problemas de desarrollo, de justicia, de paz, etc.»
En este sentido, explicó, «el Papa es para nosotros el principal comentador de la situación del mundo actual, de modo indirecto a través de sus enseñanzas y de modo directo a través de sus llamamientos y valoraciones en relación con el bien de la persona y de la sociedad».
La verdadera comunicación debe ofrecer «una visión de la realidad que no excluye a Dios», explicó, y advirtió sobre la conveniencia de «no dividir la información entre lo sacro y lo profano, sino mostrar que las motivaciones morales y religiosas son parte esencial del mundo de la vida».
«En un mundo tan caótico como el nuestro, uno de los servicios que estamos llamados a hacer es el de poner orden en el modo de ver los acontecimientos, en distinguir lo que es verdaderamente grave e importante de aquello que lo es menos», añadió.
Guerras olvidadas
Uno de los servicios que la comunicación eclesial está llevando a cabo, aseguró el padre Lombardi, es sacar al circuito informativo mundial noticias de los países más pobres y de las guerras olvidadas por los sistemas informativos mundiales.
Se trata, explicó, de hacer «un servicio a la justicia, respondiendo al desequilibrio existente entre norte y sur en la información mundial», particularmente «aprovechando la posibilidad que la Iglesia tiene de dar una visión más justa de los problemas gracias a su presencia capilar y cercana a la gente».
Según explicó el portavoz de la Santa Sede, un estudio reciente en Italia ha demostrado que la información que Radio Vaticano ofrece sobre el tercer mundo «es, con diferencia, mayor, superior incluso a la suma de todos los canales de la RAI (televisión pública italiana)».
Además, la comunicación cristiana «puede hacer un gran servicio a la paz, favoreciendo la comprensión y el diálogo entre las diversas posiciones y pueblos». Para ello es fundamental, aclaró, «saber estar con paciencia en las tensiones incluso a riesgo de ser criticado», utilizando «siempre con decisión un lenguaje respetuoso».
«Por mi experiencia en Radio Vaticano he aprendido qué importante y al mismo tiempo difícil es ayudar a los que viven en primera persona un conflicto, como el de los Balcanes, que han implicado personalmente a muchos de nuestros redactores de diversos equipos lingüísticos».
Los medios católicos, afirmó, «no deben dejarse arrastrar a dar una información parcial de los gobiernos implicados, sino que deben ofrecer siempre la voz de la Iglesia que se sitúa por encima de las partes y continua exhortando al diálogo, la reconciliación y la paz».
«Los instrumentos de la comunicación católica son esenciales para la construcción de la comunidad cristiana, y de la más amplia comunidad humana. Comunicación para la comunión se ha convertido para mí en un lema persistente: se trata de hablar para unir y no para dividir».
Decir siempre la verdad
Respecto a la forma de comunicar la información eclesial, el padre Lombardi insistió en la necesidad de «usar un lenguaje claro, simple y comprensible». «Si no lo hacemos no podemos quejarnos de que luego se hagan interpretaciones parciales o erróneas de la posición de la Iglesia», advirtió.
Por otro lado, afirmó que en la comunicación eclesial «hay que decir siempre la verdad, aun ante preguntas difíciles». «La verdad es un ingrediente fundamental de la llamada comunicación de crisis, cuando se es atacados por escándalos o errores. Cuando una pregunta merece una respuesta hay que darla sin hacer esperar».
«El mundo actual ofrece a la Iglesia muchas oportunidades que hay que afrontar con serenidad y entusiasmo -concluyó-. Es verdad que hay grandes poderes informativos ante los que nos sentimos pequeños y pobres, pero también es verdad que la Iglesia tiene una gran vitalidad y que está cercana a la vida real de las personas».
En la sección de documentos de la página web de ZENIT puede leerse la conferencia «Los medios de comunicación católicos: la experiencia comunicativa de la Santa Sede» pronunciada por el padre Federico Lombardi (www.zenit.org).