Religiosos y obispos de Irlanda analizan el cómo y el porqué de los abusos

A la vez que afrontan las necesidades de las víctimas 

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MAYNOOTH, viernes 29 de mayo de 2009 (ZENIT.org).- «Para abordar adecuadamente los fracasos del pasado, y para proteger a los niños hoy, toda la Iglesia tiene que analizar cómo y por qué pudo desarrollarse este entorno de abusos y volverse endémico». 

Lo señalan los veinte obispos de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Irlandesa en un comunicado emitido este lunes tras una reunión, sobre el informe de abusos a menores en instituciones católicas, celebrada el mismo día en Maynooth. 

Respecto a las situaciones denunciadas (Cf. ZENIT, 21 de mayo de 2009), los obispos declaran que «nuestra respuesta en curso debe apoyar a los supervivientes de los abusos y promover una civilización del amor para los niños, a fin de que puedan recibir la mejor atención y protección posibles».  

Los obispos de Irlanda han invitado a miembros de congregaciones religiosas e institutos a su próxima reunión plenaria, que se celebrará en junio, para reflexionar «cuidadosamente» sobre el informe y debatir sus conclusiones y recomendaciones. 

«Trabajaremos en estrecho contacto con los institutos y las congregaciones para afrontar las necesidades de las víctimas y su proceso de curación», señalaron los obispos de la Permanente. 

«Pedimos disculpas a aquellos que fueron tan cruelmente maltratados durante su infancia» en escuelas reformatorios y en centros gestionados por la Iglesia, señala el comunicado. 

Los obispos también mostraron su voluntad de «continuar promoviendo un clima seguro, eficaz y responsable para los menores, en colaboración con la Oficina nacional para la protección de los niños en la Iglesia Católica y con todos los organismos legales pertinentes». 

En el año 2002, se cerró un acuerdo con el gobierno irlandés poniendo un tope a las contribuciones de las órdenes religiosas al fondo dedicado a las víctimas de los abusos: 128 millones de euros. 

En realidad, se calcula que las indemnizaciones ascendieron a más de un  millón de euros, casi en su totalidad pagados por el Estado a cerca de 12.500 de las más de 14.500 víctimas. 

Las compensaciones varían entre 65.000 y 300.000 euros, según la gravedad de los casos. 

El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, calificó, al diario Irish Times, como «chocante» el hecho de que, siete años después del acuerdo, las 18 órdenes religiosas implicadas en el escándalo todavía no habían aportado su parte, aduciendo problemas legales, 

«No podemos dejar las cosas como están -declaró-. Hay muchas maneras de dar apoyo financiero a los supervivientes y a sus familias, un modo de rescatar vuestra imagen de educadores de los pobres». 

Tras su llamada, la orden irlandesa de los Hermanos Cristianos ha aceptado revisar las indemnizaciones. 

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ZENIT Staff

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