El cambiante rostro de la maternidad: aumentan las madres solteras

Descienden por el contrario los matrimonios religiosos

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ROMA, domingo, 31 de mayo de 2009 (ZENIT.org).- Sigue aumentando el número de niños que nacen fuera de una vida matrimonial estable. Los países del norte de Europa tienen los niveles más altos de nacimientos de madres solteras, pero Estados Unidos los está alcanzando.

Las últimas cifras provienen de un informe publicado por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

Según un informe de los datos de mayo publicado por el Centro Nacional para las Estadísticas Sanitarias del CDC, los nacimientos de personas no casadas sumaron 1.714.643 en el 2007, una 26% más que en el 2002. Como resultado, cerca de 4 de cada 10 nacimientos en los Estados Unidos son de mujeres solteras.

Al contrario de la tradicional preocupación por las madres solteras adolescentes, el informe observaba que el aumento en el índice de natalidad se ha concentrado en mujeres de veinte años o más, mientras que disminuye o casi no cambia para las adolescentes solteras. De hecho, las adolescentes suman sólo el 23% de los nacimientos fuera del matrimonio en 2007, muy por debajo del 50% de 1970.

Así, aunque no menos del 86% de los nacimientos de adolescentes tienen lugar fuera del matrimonio, las mujeres adultas las están alcanzando. De las mujeres de entre 20 a 24 años, el 60% de los nacimientos fueron de solteras, y cerca de un tercio de las madres de 25 a 29 años tuvieron a sus hijos fuera del matrimonio en 2007. En general, en 2007, el 45% de los nacimientos de mujeres de 20 a 30 años fueron de solteras.

Según el CDC, este mayor número de madres solteras en los grupos de edad más adultos es un cambio reciente.

Para las mujeres con más de 30 años, cerca de uno de cada seis nacimientos en 2007 fueron de solteras, una proporción mucho más alta que en 1970: 1 de cada 12.

Los nacimientos fuera del matrimonio son típicamente pocos para las adolescentes más jóvenes y para las mujeres de más de 35 años, y se dan en las mujeres en torno a los veinte años, observaba el informe.

El trasfondo racial también influye en los porcentajes de madres solteras. Los nacimientos de madres solteras son más numerosos en mujeres hispanas, seguidas de las mujeres afroamericanas. Los índices para las blancas no hispanas, las asiáticas y las isleñas del Pacífico son mucho más bajos.

Tendencias europeas

Los porcentajes en Estados Unidos son considerablemente más altos que en algunos países industrializados. Por ejemplo, el 30% o menos de los últimos nacimientos fueron de solteras en Alemania, España, Canadá, Italia y Japón.

Otros países europeos, sin embargo, tienen proporciones más altas de madres solteras. Las últimas informaciones de Eurostat, la agencia oficial de estadística de la Unión Europea, son también de 2007.

Estas informaciones muestran que Dinamarca, por ejemplo, ha tenido un 46,1% de nacimientos fuera del matrimonio. Francia tuvo incluso más, con un 51,69%, al igual que Suecia, con un 54,76%. Islandia tiene la proporción más alta, con un 63,77%.

En Gran Bretaña, el matrimonio sigue debilitándose. Los últimos datos revelaban que los índices de matrimonios son los más bajos desde que se calcularon por primera vez en 1862, informaba el Times el 13 de febrero.

Los datos de la Oficina de Estadística Nacional (ONS) de 2007 mostraban que, al año, sólo una de cada 50 mujeres solteras se casa, y sólo uno de cada 43 hombres solteros. La información se refiere a Inglaterra y Gales.

Hubo 231.450 matrimonios en 2007, un descenso del 3,3% con respecto al año anterior. El número de matrimonios ha caído una cuarta parte desde 1991, según la ONS.

La media de edad del primer matrimonio sigue siendo alta. En el 2007 llegaba a los 31,9 años para los hombres y a los 29,8 para las mujeres, comparado con los 31,8 y 29,7, respectivamente, del año anterior.

Menos matrimonios religiosos

El número de parejas casadas en ceremonias religiosas también ha descendido. En 2007 hubo 77.490 bodas religiosas en Inglaterra y Gales. Esta cifra es la mitad de las bodas religiosas que había en los ochenta.

Un par de meses después, otro informe del ONS daba más detalles sobre la vida familiar. Según un reportaje publicado en el Telegraph el 16 de abril, el porcentaje de hogares con la familia nuclear tradicional – una pareja con hijos – cayó desde el 52% al 36% en el periodo entre 1971 y 2008.

El número de adultos que viven solos ha subido del 6% al 12% en el mismo periodo, debido a la combinación de divorcio y matrimonio a edad más adulta.

En general, cerca de 1,6 millones de niños han sido criados por parejas no casadas en el 2008, un fuerte aumento con respecto a la cifra de un millón de la década anterior.

El declive del matrimonio y de la familia tradicional continúa mientras la investigación sigue confirmando que les va mucho mejor a los niños que crecen en un ambiente de matrimonio estable.

El 11 de marzo, un informe del Instituto Canadiense del Matrimonio y la Familia consideraba las diferencias entre los niños criados en hogares casados y los que se criaban en hogares en cohabitación.

Frank Jones, profesor e investigador del instituto, analizaba datos de la Encuesta Nacional Longitudinal de Niños y Jóvenes de Statistics Canada, la agencia de estadística del gobierno.

Encontró que aquellos adolescentes que tenían padres que cohabitaban eran más propensos que los de padres casados a: fumar; vender drogas; tener relaciones sexuales; comenzar su iniciación sexual a una edad más temprana; mantener una relación pobre con su mamá y su papá; y tener padres que no permanecen juntos.

Ventajas del matrimonio

«El matrimonio beneficia a los niños de una forma que no lo hace el vivir juntos», comentaba Jones. «La política pública debería reconocer la bondad social que aporta un buen matrimonio».

Una de las razones por las que a los niños les va mejor cuando crecen en una pareja casada es el mayor grado de estabilidad del hogar. Los padres casados tienen el doble de probabilidades de permanecer juntos, si se compara con los no casados, informaba el periódico británico Daily Mail el 18 de octubre.

La información provenía del Millennium Cohort Study, un seguimiento de más de 15.000 niños nacidos en los primeros años de esta década.

El estudio mostraba que el 23% de los niños de padres en cohabitación habían sufrido la ruptura de sus familias antes de llegar a los 5 años. En contraste, sólo uno de cada 10 niños de padres casados los vio divorciados o separados antes de alcanzar los cinco años de edad.

A pesar de estas evidencias tan claras a favor del matrimonio, la política de los gobiernos en muchos países no apoyo lo suficiente a las parejas casadas.

Castigos fiscales

Civitas, un grupo de estudio inglés, publicaba un informe en enero que muestra que las parejas casadas pierden miles de libras por impuestos y ventajas en comparación con los padres solteros.

En el informe «Invidualists Who Co-Operate», Civitas también precisaba que el sistema social recompensa económicamente a las madres solteras si viven separadas de sus parejas. La desventaja fiscal entre formar un hogar de soltera o casarse queda especialmente claro para quienes tienen ingresos más bajos.

En lo que Civitas denominaba «un triunfo del romance sobre la economía», muchas parejas eligen vivir juntas a pesar de la pérdida de beneficios sociales. Claramente, apuntaba el estudio, sin estos poderosos incentivos económicos que favorecen vivir solos, habría un mayor número de parejas que vivirían juntas.

Gran Bretaña se muestra especialmente poco favorable con respecto a las parejas casadas, continuaba el informe. Citaba datos del estudio de naciones industrializadas del 2006, que muestran que, en el Reino Unido, una pareja casada con una solo miembro trabajando
pagaba un 40% más de impuestos que en otros países.

«La importancia de la familia para la vida y el bienestar de la sociedad entraña una responsabilidad particular de ésta en el apoyo y fortalecimiento del matrimonio y de la familia», observa en su número 2210 el Catecismo de la Iglesia Católica. Una responsabilidad que se suele descuidar hoy en día, a costa de la sociedad misma y de incontables familias.

Por el padre John Flynn, L. C., traducción de Justo Amado

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ZENIT Staff

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