MADRID, lunes, 1 junio 2009 (ZENIT.org).- Con motivo del Día de la Caridad, en la solemnidad de Corpus Christi del próximo 14 de junio, la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Epsicopal Española ha hecho público un mensaje en el que subraya las implicaciones sociales de la Eucaristía.
«Hay una relación esencial entre Eucaristía y caridad. La celebración de la Eucaristía tiene implicaciones sociales», dice el mensaje.
El mensaje subraya, de la situación actual, «los síntomas que percibimos y sufrimos».
«Desde que estalló la crisis financiera, un número creciente de hombres y mujeres afectados por la situación social y económica está llamando a las puertas de nuestras Cáritas, de las parroquias, congregaciones religiosas y otras instituciones eclesiales. En ellos hemos escuchado el clamor de las víctimas y hemos podido descubrir los nuevos rostros de la pobreza».
La Comisión Episcopal afirma haber percibido también, «otra pobreza, en este caso espiritual, que subyace entre las crisis materiales, de la economía y el trabajo. Es la pobreza de valores y actitudes que se manifiesta y extiende en diversos ámbitos y a través de algunos medios de comunicación. Junto a ello no podemos olvidar la crisis educativa que se hace presente también en el seno de la familia».
Los sufrimientos de esta crisis, según la Comisión, afectan «a sectores cada día más amplios y cercanos, que no remite en intensidad y está aumentando los índices de pobreza. Así lo ponen de relieve los datos socioeconómicos y los sucesivos informes presentados por Cáritas Española».
Y señala: «Los alarmantes índices de desempleo, el creciente número de pequeñas empresas en quiebra y de trabajadores a los que se les acaba el subsidio de desempleo, las dificultades de las familias para pagar sus hipotecas y otras deudas, y los desequilibrios emocionales y relacionales que eso genera, nos hacen sentir el dolor humano en toda su crudeza y descubrir que estamos ante una grave crisis que no parece coyuntural, que está siendo de largo recorrido, y que no sólo afecta a personas sino que cuestiona, también, las estructuras mismas del vigente modelo social y económico».
El observatorio que mantiene Cáritas ha constatado que en estos meses del año 2009 se ha producido un notable aumento de demandas de ayuda en relación al año anterior. Pero no sólo se constata un aumento en el número y en la diversidad de las demandas, sino que se están produciendo cambios significativos en los rostros de la pobreza.
Entre ellos, junto a los más vulnerables, como padres o madres que se han quedado solos con hijos a su cargo, personas mayores, familias inmigrantes reagrupadas y en paro, y desempleados sin protección social, aparecen familias y personas saturadas por las deudas que, seducidas por quienes les ofrecieron dinero fácil, pasaron del consumo por encima de las posibilidades a carecer de lo necesario y a solicitar a Cáritas ayuda para necesidades básicas de vivienda, acceso al empleo, alimentación, ayuda psicológica y para la educación de sus hijos.
Esta crisis, según la Comisión, pone en evidencia «una profunda quiebra antropológica y una crisis de valores morales. La dignidad del ser humano es el valor que ha entrado en crisis cuando no es la persona el centro de la vida social, económica, empresarial; cuando el dinero se convierte en fin en sí mismo y no en un medio al servicio de la persona y del desarrollo social».
«Si la hondura de la crisis ha puesto de manifiesto muchas miserias personales, sociales y éticas -subraya el mensaje–, también es necesario reconocer que está siendo oportunidad para promover otro modelo social y económico más humano y justo, y para despertar ejemplares respuestas de solidaridad».
Y señala que «es admirable la generosidad que se está generando entre amigos y en el seno de las familias para afrontar los efectos de la crisis. Son miles los voluntarios que están dando lo mejor de sí mismos intentando responder a los sectores más afectados y vulnerables; como, también, es digno de ser reconocido el esfuerzo sincero de muchos hombres y mujeres del ámbito de la cultura, de la economía y la política por aportar respuestas concretas a la crisis».
La Comisión Episcopal concluye afirmando que «si hay algo positivo en esta crisis es la oportunidad de rectificar y sentar las bases de la convivencia en valores sólidos capaces de construir un orden económico y social más transparente y justo. Aprovechemos el momento y pidamos al Señor en este ‘Día de la Caridad’ que nos ayude a conseguirlo».
Por Nieves San Martín
La crisis, oportunidad para proponer otro modelo social más humano
Mensaje de los obispos españoles con motivo del Día de la Caridad