CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 12 junio 2009 (ZENIT.org).- El escándalo suscitado por cada nuevo abuso sexual debe reforzar el compromiso de la Iglesia para acabar con estos crímenes y para transmitir su apoyo y cercanía a las víctimas, concluyó la conferencia de las Iglesias anglófonas reunida en el Vaticano.
El encuentro, que tuvo lugar del 1 al 5 de junio, congregó obispos, religiosos, religiosas y laicos para afrontar el problema de la violencia de menores en la Iglesia.
El argumento se ha hecho particularmente candente en estos días por la publicación de un informe gubernamental en Irlanda en el que se registran los abusos cometidos entre los años treinta y noventa del siglo pasado en muchos internados financiados por el Estado y gestionados por religiosos.
«Este encuentro ha dado a los participantes la oportunidad de consultar a los responsables del Vaticano, de encontrar expertos en el campo de la defensa de la infancia y de compartir los progresos y problemas con otras conferencias episcopales», ha revelado el obispo de Rapid City, monseñor Blase J. Cupich, presidente de la Comisión para la Protección de los Niños y Jóvenes en la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.
«Hemos concordado que es necesario un plan que comprenda la prevención, el apoyo y la curación», subrayó monseñor Cupich, según ha informado «L’Osservatore Romano».
«La conferencia anglófona ayuda a las personas que trabajan para la Iglesia a encontrar la manera de crear un ambiente en el que toda persona que haya sufrido un abuso pueda denunciarlo con confianza».
La conferencia que reúne a las Iglesias anglófonas comprometidas en la lucha contra el fenómeno de los abusos se llama «National office for the protection of children and vulnerable adults».
Cada año, desde 2000, se celebra una reunión, que en 2008 fue acogida por Washington. En el encuentro del Vaticano estaban presentes delegados procedentes de Australia, Inglaterra y Gales, la India, Irlanda, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Escocia, Estados Unidos, a quienes además se han añadido representantes de Italia, Chile y Ghana.
El encuentro, que en Roma ha sido organizado por la Conferencia Episcopal Escocesa, tuvo como título «Mirar adelante, el desafío que nos espera», y fue presidido por el obispo de Galloway, monseñor John Cunningham.
«El hecho positivo es que las víctimas han podido denunciar y hemos admitido que los abusos han formado parte de nuestra historia y que estamos haciendo todo lo posible para afrontar las consecuencias», declaró el arzobispo de Adelaida, Australia, monseñor Philip Edward Wilson.
Por su parte, monseñor Charles J. Scicluna, promotor de Justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha explicado que «la comprensión del fenómeno por parte de la Iglesia y los programas para acabar con estos abusos están en constante evolución» para responder más eficazmente al fenómeno.