SAN GIOVANNI ROTONDO, domingo, 21 de junio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aseguró este domingo que la acogida de los refugiados constituye un deber y exigió el compromiso de personas e instituciones para acabar con las causas de este fenómeno.
Las palabras del Papa resonaron en San Giovanni Rotondo, la localidad italiana en la que se encuentra el convento en el que vivió el padre Pío de Pietrelcina, un día después de que se celebrará la Jornada Mundial del Refugiado.
En estos momentos hay 42 millones de personas desarraigadas a la fuerza de sus hogares por los conflictos y la persecución en todo el mundo, según ha informado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), con motivo de esta Jornada.
Este número incluye a 16 millones de personas refugiadas y solicitantes de asilo y a 26 millones de desplazadas internas, desarraigadas dentro de sus propios países.
Tras celebrar la misa junto a unas 50 mil personas, el Papa pidió rezar «por la difícil y en ocasiones dramática situación de los refugiados».
«Muchas son las personas que buscan refugio en otros países, huyendo de situaciones de guerra persecución y calamidad, y su acogida plantea muchas dificultades, pero sin embargo es un deber», reconoció.
«Quiera Dios que, con el compromiso de todos, se logre eliminar lo más posible las causas de un fenómeno tan triste», concluyó.