SAN JOSÉ, martes 23 de junio de 2009 (ZENIT.org-El Observador).- Han trascurrido casi seis meses de ocurrido el terremoto de Cinchona y en muchas comunidades del interior del país siguen los trabajos para recuperar la vida normal aunque, en algunos casos, por desgracia, la vida ha cambiado para las familias y las personas afectadas por el terremoto del pasado 8 de enero.
Según informe del periódico costarricense «Eco católico», representantes de la Pastoral Social – Cáritas realizaron en fecha reciente, en las diez comunidades alajuelenses donde la Iglesia realiza algún tipo de intervención.
La Iglesia católica en Costa Rica ha canalizado la ayuda que los católicos de este país, pero también de Nicaragua, España e Italia han puesto en sus manos para socorrer a los damnificados.
La meta de reconstruir setenta viviendas casi se cumple. Solo en el sector de Alajuela en las primeras reparaciones se invirtieron 16 y medio millones de colones (moneda oficial de Costa Rica) y están en ejecución 35 millones de colones más. En este sector se han beneficiado cincuenta familias.
La vivienda ha sido una de las principales preocupaciones de la Iglesia, pero también reactivar el sector productivo, para garantizar fuentes de empleo a las familias de la región. En este punto, la meta de la Iglesia es generar 27 proyectos alternativos productivos y brindar apoyo co-gestionario a 65 microempresas.
«Nos topamos con un escenario difícil. Lo primero que hemos hecho en esta área es capacitar, con el apoyo de la Universidad de Costa Rica, en la producción en ambientes controlados a unas 45 personas de Dulce Nombre, Laguna y Fraijanes», explicó el sacerdote Juan Bautista Molina, de Cáritas Costa Rica.
Las capacitaciones continuarán, mientras todo el equipo procura ordenar los proyectos productivos que han de impulsarse y se planifican las áreas de producción y comercialización. En este sentido, uno de los primeros pasos fue la creación de una cooperativa, con la intención de ofrecer a través de ella servicios múltiples.
En la actualidad, la cooperativa tiene unos veinte afiliados de Poasito, Laguna, Fraijanes y Sabana Redonda, pero está abierta ha recibir más.
Otra de la iniciativas productivas es de un grupo de catorce mujeres que ofrecen productos alimenticios elaborados. Hasta ahora la Pastoral Social ha colaborado con los insumos y se analiza la compra de un horno, con el fin de que la iniciativa se consolide.
En la zona afectada por el terremoto hay una importante presencia de población migrante, muchos de ellos indocumentados lo que les impide acceder a algunos tipos de ayuda del Estado. Es por esa razón que la Pastoral Social realiza un censo en las comunidades para detectar los casos que requieren asesoría en los trámites de regularización migratoria, acompañamiento y, a la vez, darles la oportunidad de ser beneficiarios de los proyectos productivos.
De acuerdo con los datos de Pastoral Social, la colecta nacional llevada a cabo en Costa Rica ascendió a 213.864.140 colones. La donación de la Iglesia en Nicaragua fue de 12.200 dólares, mientras que la Iglesia en España donó 99.422 dólares. La donación de ciudadanos costarricenses que viven en Italia fue de 518.85 dólares.