CIUDAD DEL VATICANO, jueves 1 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- “Cada uno de nosotros puede contribuir a su manera al diálogo y a la reconciliación. También a través de la música”, afirmó esta mañana el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
El purpurado intervino en el briefing de presentación del Concierto “Jóvenes contra la Guerra”, programado para el 8 de octubre en el Auditorio de Via della Conciliazione en Roma, al que asistirá también el Papa Benedicto XVI.
El Concierto será interpretado por la InterRegionales JugendsinfonieOrchester (IRO) dentro del proyecto “1939-2009: 70 años del estallido de la Segunda Guerra Mundial”.
Está organizado por la organizado por el dicasterio que preside Kasper, por la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, por la Embajada alemana ante la Santa Sede y por el KulturForum Europeo de Mainau,
En su intervención durante el briefing, que tuvo lugar en el Aula Juan Pablo II de la Sala Stampa de la Santa Sede, el cardenal Kasper recordó que el objetivo del concierto es el de implicar, “en la reelaboración del recuerdo trágico de la guerra”, “no sólo a la generación que vivió sus horrores, sino también a los jóvenes y a todos aquellos que quieren hacer un tesoro de las enseñanzas del pasado para crear un mundo mejor”.
“De esta forma se desea recordar que, para promover y mantener la paz, es esencial que haya un contante compromiso y una participación activa de individuos e instituciones”.
Aunque acabara la guerra, explicó, “las heridas han permanecido”. Para sanarlas, la Iglesia católica se ha convertido en una de las principales en todo el mundo de la reconciliación y del proceso de curación de la memoria, adquiriendo una voz cada vez más determinante”.
Este compromiso, observó el cardenal Kasper, representa “el telón de fondo del concierto”.
Al mismo tiempo, añadió, “se quiere recordar que el diálogo es la única alternativa a la guerra”.
El movimiento ecuménico, constató, demuestra cómo “vecinos beligerantes que se han herido mutuamente en guerras de religión” se están convirtiendo hoy en “hermanos en Cristo” y contribuyen “a la pacificación de pueblos y naciones”.
Relaciones con el judaísmo
La II Guerra Mundial, denunció el presidente del dicasterio vaticano, fue “terreno fértil para el proyecto inhumano de anonadamiento del pueblo judío”.
“Las barbaridades y las brutalidades asumieron en esos años dimensiones satánicas – admitió –. Se llegó incluso a pensar que Dios había olvidado y abandonado a su pueblo y a la humanidad entera, como recordó el Santo Padre, Papa Benedicto XVI, con ocasión de su visita a Auschwitz y en la sinagoga de Colonia”.
A pesar de este “pasado doloroso y trágico”, la colaboración entre cristianos y judíos se funda hoy sobre bases sólidas”, reconoció, subrayando que “también las dudas y las dificultades pueden superarse en el respeto y en la simpatía recíprocas”.
Para alcanzar este objetivo, son esenciales “oración constante y compromiso cotidiano”.
El concierto
La orquesta que interpretará el concierto del 8 de octubre está compuesta por jóvenes músicos procedentes de 10 naciones y estará dirigida por Wolfgang Gönnenwein y por Jochem Hochstenbach.
El programa de la noche prevé piezas musicales de Gustav Mahler y de Felix Mendelssohn Bartholdy.
El cardenal Kasper quiso subrayar que “esta elección musical ha sido dictada por el hecho de que ambos compositores son judíos de nacimiento y experimentaron durante su vida un fuerte antisemitismo”.
Aunque Mahler y Mendelssohn se bautizaron posteriormente – Mendelssohn protestante, Mahler católico –, su música fue prohibida bajo el régimen nazi.
Durante el acto, la mezzosoprano Michelle Breedt y el actor Klaus Maria Brandauer recitarán algunos textos de Johann Wolfgang von Goethe, Heinrich Heine, Berthold Brecht y Paul Celan, y dos poesías escritas por niños del campo de concentración de Theresienstadt.