SANTIAGO, lunes 19 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- El cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo de Santiago, pidió a los más de setenta mil jóvenes que peregrinaron este sábado al Santuario de Auco ser luz de Cristo para el mundo.

“Ustedes saben cuánta gente realmente no vive con plenitud el hecho de ser cristiano, en cuántos de ellos no hay alegría y en cuántos de ellos se percibe indiferencia y tristeza”, les dijo durante la Eucaristía celebrada en la explanada del Santuario.

“Queremos ser luz del mundo por nuestro espíritu de servicio, además porque queremos sembrar esperanza y alegría -añadió-. Nuestra misión, entonces, es que también ellos sean luz del mundo y por eso nuestra labor es conducirlos a Jesús”.

La Misa fue el momento culminante de la tradicional peregrinación anual de jóvenes procedentes de todo Chile al santuario de Santa Teresa de los Andes.

Los peregrinos caminaron 27 kilómetros con la referencia del testimonio de Santa Teresa de Los Andes, y bajo el lema “Luz de Cristo para el mundo”, inspirado en el mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Misiones de este año.

Durante el camino, los peregrinos se encontraron con doce estaciones que les motivaron con signos, cantos y lemas que les invitaban a celebrar y renovar su fe en Jesús.

Además, cuatro jóvenes copiaron el Evangelio de Chile, transcribiendo los versículos de la Carta a los Hebreos.

Sobre este acto simbólico, el cardenal señaló después en la homilía de la Misa que “el gran regalo” que la Iglesia quiere hacerle al país en tiempos del Bicentenario “es que seamos Evangelio vivo”.

“Que esa palabra que escribieron los jóvenes sobre esa hoja sea palabra escrita en nuestra vida, en nuestro corazón y en nuestras acciones”, pidió.

“Queremos ser luz del mundo precisamente haciendo que el Evangelio viva en nuestra patria y que nuevamente la cultura entera sea un espacio de amor, de esperanza, de justicia, de paz y de verdad”, afirmó.

La historia de la peregrinación "¡De Chacabuco al Carmelo! Un camino de santidad" se remonta al año 1989, en que se efectuó el primer recorrido.

La celebración, que cada 17 de octubre convoca a decenas de miles de jóvenes, está organizada por la Iglesia de Santiago a través de la Vicaría de la Esperanza Joven, en conjunto con el Santuario de Santa Teresa de Los Andes.