TEGUCIGALPA, viernes, 9 octubre 2009 (ZENIT.org).- La Iglesia Católica de Honduras instó a las partes en conflicto en la crisis política surgida tras el golpe de Estado del 28 de junio, a que velen por el interés común y les advirtió que un fracaso del diálogo propiciado por la Organización de Estados Americanos (OEA) causaría graves tensiones.
Los once obispos de la Conferencia Episcopal se reunieron en Asamblea Ordinaria en la que abogaron por “una salida constructiva a la crisis política que vive el país”.
Los obispos aseguran en un comunicado que “no podemos continuar en la incertidumbre, la tensión personal y social y en el deterioro económico. Es urgente una solución justa, pacífica y acordada que asegure la convivencia pacífica y una auténtica vida democrática”.
Indican los prelados que la presencia de los miembros de la OEA, de la Comunidad Europea y de la prensa nacional e internacional, es un signo del interés que existe en que este diálogo lleve a buen puerto la nave del país.
Este miércoles y jueves siguieron las negociaciones entre las comisiones del depuesto presidente, Manuel Zelaya, y el de facto, Roberto Micheletti, con la mediación de una comisión técnica de la OEA.
Sin embargo, las esperanzas de llegar a un acuerdo para superar la crisis de Honduras se diluían el jueves ante la renuencia del Gobierno de facto a restituir al depuesto Manuel Zelaya en el segundo día de negociaciones, lo que profundizó el pesimismo sobre una salida a la crisis.
El documento episcopal resalta que “el pueblo de Honduras tiene puestas muchas esperanzas en este diálogo nacional, las cuales no pueden quedar frustradas pues nos llevaría a una decepción grande y a una creciente tensión personal y social”.
Añade que “hemos experimentado en carne propia, en la Iglesia y en la sociedad, los sufrimientos, divisiones y violencia que esta prolongada crisis ha traído consigo”.
Los obispos manifiestan su “apoyo” al diálogo y piden a los “implicados” y “a quienes ellos representan” que “superando las tendencias particularistas cada uno se esfuerce en buscar la verdad y perseguir con tenacidad el bien común”.
“Los que se sientan a la mesa del diálogo tienen una grave responsabilidad ante Dios y ante la sociedad, que no deben olvidar ni subestimar”, advierten.
El documento, firmado por el cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga y diez obispos más, puntualiza que “somos conscientes de que un acuerdo político no es la solución total a los graves problemas que aquejan a Honduras”.
[Por Nieves San Martín]