CIUDAD DEL VATICANO, domingo 11 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- El Sínodo de África está ayudando a contrarrestar la imagen reductiva que ofrecen los medios de comunicación de ese continente, que en ocasiones olvidan su dignidad y grandeza, considera el portavoz vaticano. El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha hecho en «Octava Dies», semanario del Centro Televisivo Vaticano, un primer balance de la evolución de las sesiones de trabajo de la segunda asamblea sinodal africana, que se celebra hasta el 25 de octubre en el Vaticano alrededor de Benedicto XVI.
En particular, cita las afirmaciones del relator general del Sínodo, el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, arzobispo de Cape Coast (Ghana), cuando decía: «África ha sido acusada durante demasiado tiempo por los medios de comunicación de todo lo que aborrece la humanidad; ha llegado la hora de cambiar de marcha y de decir la verdad sobre África con amor, promoviendo el desarrollo del continente, que traerá el bienestar de todo el mundo».
«Se espera que la búsqueda de la reconciliación, la justicia y la paz, que es eminentemente cristiana por el hecho de estar arraigada en el amor y en la misericordia, restablezca la unidad de la Iglesia-familia de Dios en el continente y que esta última, como sal de la tierra y luz del mundo, cure el corazón herido del hombre, en el que se anida la causa de todo lo que desestabiliza al continente africano. De este modo, el continente y sus islas comprenderán las oportunidades y los dones que Dios les ha dado», considera el padre Lombardi inspirándose en el informa del cardenal Turkson.
Según el portavoz vaticano se trata de «una asamblea verdaderamente africana y universal al mismo tiempo, que ofrecerá una contribución formidable para reafirmar y presentar a la Iglesia universal y al mundo la dignidad de África, con demasiada frecuencia olvidada. Dignidad humana, cultural, espiritual, religiosa, cristiana».
El padre Lombardi cita en particular la intervención ante el sínodo de Su Santidad Abuna Paulus, patriarca de la Iglesia ortodoxa de Etiopía, quien recordó que su país «fue la segunda nación que creyó en Cristo, desde los tiempos apostólicos».
«El mensaje de Cristo no es una herencia colonial, desde el inicio se integró en las culturas africanas y es capaz de descender hasta su corazón, para curarlo y traer fecundidad de vida para toda la familia humana», explica el padre Lombardi.
«Tenemos que aprender a decir toda la verdad sobre África, con respeto y amor», concluye el portavoz.
