CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 14 de octubre de 2009 (ZENIT.org) Las ayudas humanitarias que llegan al continente africano, a veces van acompañadas de “una especie de imperialismo cultural”, según lo denunció el cardenal Théodore-Adrien Sarr, obispo de Dakar (Senegal).
El purpurado se pronunció esta mañana durante una rueda de prensa en la que se presentó un primer balance de la II Asamblea Sinodal para África que se realiza del 5 al 24 de octubre.
“Si nos quieren ayudar, no pueden colarnos ideas que no nos parecen correctas. Queremos ser ayudados pero en la verdad y respetados por lo que somos”, dijo el purpurado.
Exhortó así a que “los pueblos occidentales desechen la idea de que todo lo que creen y hacen se debe convertir en regla en el mundo”.
Por su parte, el cardenal John Njue, arzobispo de Nairobi (Kenya) subrayó que “la cooperación y las ayudas son necesarias” pero que también es necesario “respetar la independencia y el punto de vista, la cultura y la dignidad” de los pueblos africanos.
El cardenal. Njue afirmó que “no está bien dar ayudas condicionadas al cambio de valores de las personas sobre temas como el aborto y la concepción de la familia”
E indicó que “los africanos tienen necesidad de cooperación pero es necesario respetar su independencia, su cultura y la dignidad de la persona humana”.
De otro lado el cardenal Wilfrid Fox Napier, arzobispo de Durban Sur Africa, y presidente delegado del sínodo afirmó que “en África persiste una situación difícil desde el punto de vista de los conflictos y de las calamidades”, pero indicó que aunque se necesita la cooperación internacional “es necesario que sea respetada la independencia de la población africana”.
Aquello que “lo que viene de afuera debe ser en el respeto de la cultura de la dignidad de la persona humana” y puso el ejemplo del sector comercial donde “quien sufre, es el productor”.
El purpurado recordó que este continente “tiene una enorme potencialidad” y que “el desarrollo debe ser ayudado” pero que quieren “una colaboración sobre la base de la igualdad”
[Por Carmen Elena Villa]