Líderes cristianos: la migración es “un problema humano de fondo”

Plenaria Iglesia Católica-Consejo Mundial de las Iglesias en Córdoba

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CÓRDOBA, jueves 15 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- El Grupo Mixto de Trabajo (GMT) entre la Iglesia Católica y el Consejo Mundial de Iglesias aborda en estos días durante la reunión que celebran en Córdoba, España, los asuntos que se han marcado para los siete años de su mandato, entre los que destaca el de la migración.

Actualmente, integran el Grupo Mixto de Trabajo unos 40 miembros, de 30 nacionalidades distintas, de los cinco continentes, católicos, ortodoxos, protestantes, anglicanos y pertenecientes a iglesias libres.

Desde el pasado lunes y hasta el 19 de octubre, se está celebrando por vez primera en Córdoba, la sesión de trabajo del Grupo Mixto de Trabajo entre la Iglesia Católica y el Consejo Mundial de las Iglesias, presidida por el metropolita Nifón de Targoviste (Patriarcado de Rumanía) y monseñor Diarmuid Martin, arzobispo de Dublín, Irlanda.

El GMT fue creado el mismo año que era clausurado el Concilio Vaticano II, 1965, y es un organismo oficial consultivo para el diálogo ecuménico, en la modalidad de multilateral, que fomenta, evalúa y sostiene la colaboración entre el Consejo Mundial de Iglesias y la Iglesia Católica.

Durante estos días, se está abordando la situación ecuménica actual y la aportación de reflexiones concretas mediante estudios específicos, además de las implicaciones ecuménicas del fenómeno mundial de la migración.

Así lo señaló monseñor Brian Farrell, arzobispo secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, al subrayar que la Iglesia Católica debe hacer un esfuerzo para educar sobre la riqueza de las tradiciones del resto de Iglesias, y “aprender unas de las otras”.

Monseñor Farrell señaló también que los movimientos migratorios significan la existencia “de un problema humano de fondo”, ya que “se mueven porque les falta algo”. Para el secretario de este dicasterio de la Santa Sede, es fundamental encuadrar esta situación “en un contexto muy amplio”, puesto que “es una cuestión humanitaria, social y política”.

Así mismo, el GMT tratará cómo llevar a la vida diaria de los cristianos los procesos ecuménicos, así como el cambio de mentalidades para “purificar las ofensas y sufrimientos del pasado y buscar la conversión al Evangelio y Cristo”.

Sobre la presencia emergente del laicismo en la sociedad española, el delegado diocesano para el Ecumenismo y el Diálogo Interreligioso, Manuel González Muñana, observó la existencia de una “radicalización” en los últimos tiempos, algo que depende del color político del gobierno de cada momento.

Además, añadió, “toda la cultura, todo el pensamiento europeo, ha tirado por esos cauces secularistas con sus filiales, como son el nihilismo, el subjetivismo o el consumismo de la sociedad, coadyuvando además a un cristianismo poco formado”.

González Muñana puso de manifiesto que “un cristianismo tan empobrecido, tan descafeinado, hace que estas semillas arraiguen en terrenos poco preparados”. Añadió que “todos tenemos la culpa de esto”, y que la solución está en una mejor formación religiosa de la sociedad.

Córdoba, había dicho monseñor Asenjo, antes de este encuentro, “se va a convertir en la capital mundial del ecumenismo” y aprovechó para hacer un llamamiento a la unidad de los cristianos.

En una carta pastoral, monseñor Asenjo pidió a todos los católicos que se impliquen “en la causa de la unidad, que no compromete sólo a los expertos y teólogos que participan en el diálogo institucional entre las diferentes iglesias”, ya que “el ecumenismo es el camino de la Iglesia, que no es una realidad replegada sobre sí misma, sino permanentemente abierta a la dinámica misionera y ecuménica”, y por ello, “el ecumenismo es compromiso de todos los bautizados, de las diócesis, de las parroquias, de todas las comunidades eclesiales y de la pastoral ordinaria”.

Los componentes del GMT son recibidos hoy en el Palacio Episcopal por monseñor Juan José Asenjo. Mañana, tendrá lugar la celebración ecuménica en el templo parroquial de la Inmaculada y San Alberto Magno; y el domingo, participarán en la celebración de la Eucaristía, presidida por monseñor Brian Farrell, en la catedral, y en el culto dominical de los cristianos evangélicos, en la Iglesia Evangélica Baptista de Córdoba.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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