SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, viernes, 4 diciembre 2009 (ZENIT.org–El Observador).- Monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, en el Estado sureño de Chiapas, una de las regiones de México con mayor presencia de pueblos indígenas, conversó con ZENIT – El Observador sobre las necesidades y retos de una pastoral encaminada a la evangelización de los propios indígenas.
–¿Cuáles son las necesidades catequéticas de la comunidad indígena?
–Monseñor Felipe Arizmendi: Que los pobres sean evangelizados, es el signo del Reino de Dios ya presente entre nosotros. Las comunidades indígenas son pobres y necesitan que la evangelización llegue a ellos en forma adecuada, respetando sus culturas, promoviendo su desarrollo integral y anunciando explícitamente a Jesús.
–¿Cuáles son las necesidades espirituales de la comunidad indígena?
–Monseñor Felipe Arizmendi: Comprensión, cariño, respeto, misericordia, confianza, así como la celebración de los sacramentos, de preferencia en su idioma.
–¿Como mediar entre la particularidad y costumbres indígenas y la universalidad del catolicismo?
–Monseñor Felipe Arizmendi: En primer lugar, conociendo a fondo la misma cultura indígena, porque muchas veces se le rechaza, o se le condena como superstición, cuando es sólo otra forma cultural de expresar su fe, su relación con Dios. En segundo lugar, denunciando claramente lo que de las costumbres sea contrario al Evangelio. En tercer lugar, siendo puente entre los indígenas y el mundo que los rodea, también en la Iglesia. Esta no será católica, universal, si no asume en su seno a los indígenas, que son parte también de la gran familia eclesial.
–¿Que características debe tener una iglesia autóctona?
–Monseñor Felipe Arizmendi: Las que señala el Concilio Vaticano II: que esté encarnada en la cultura del pueblo; que se enraíce en la Palabra de Dios, cuyas semillas están presentes en muchas culturas autóctonas; que tenga suficientes servidores de la propia etnia; que crezca y madure, para que también pueda servir a otras iglesias hermanas.
–¿Qué características deben tener los sacerdotes insertos en una realidad indígena?
–Monseñor Felipe Arizmendi: Ante todo, los que son indígenas, que no renieguen de sus raíces; que las valoren y las hagan madurar con el Evangelio. Que amen a los suyos y prefieran servir en parroquias de su etnia. Los no indígenas, que conozcan, respeten y valoren lo bueno que hay en esas comunidades, y les ofrezcan con claridad a Jesucristo, sin reducirse a la promoción social, siempre necesaria.
–¿Cuáles son los principales retos de la pastoral indígena en México?
–Monseñor Felipe Arizmendi: Que muchas culturas indígenas se están perdiendo, por la globalización cultural que llega a todas partes. Muchos ya no quieren ser ni aparecer indígenas, sino como uno de tantos. Las modas los apabullan. Es importante que, como Iglesia, les demos el lugar que les corresponde, empezando por que tengan traducciones de la Biblia y de la Liturgia en sus idiomas. Es una injusticia que no hagamos lo posible por reconocer este su derecho, y les sigamos imponiendo el castellano. Hay que seguir profundizando en lo que implica la inculturación de la Liturgia y de la misma Iglesia. Se necesitan promover más vocaciones sacerdotales y religiosas entre los indígenas, y que los seminarios les ofrezcan una formación adecuada a su cultura.
–Cómo iglesia, ¿somos conscientes de los retos y particularidades de la cuestión indígena?
–Monseñor Felipe Arizmendi: En algunas partes, se nota que les vamos dando su lugar; pero, en otras, hay muchas resistencias y hasta desconfianzas. Es innegable que todavía hay racismo de varios católicos. Como dijo el Papa Juan Pablo II, es importante que lleguen a tener sacerdotes de su cultura, y también obispos.
Por Omar Árcega