CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 27 de enero de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI dedicó la audiencia general de hoy, siguiendo con el ciclo de catequesis sobre historia de la Iglesia, a la figura de san Francisco de Asís, “auténtico ‘gigante’ de la santidad, que sigue fascinando a muchísimas personas de toda edad y toda religión”.
Además de proponerle como modelo de auténtico reformador eclesial, de adhesión personal a Cristo, de amor a la Creación y de radicalidad en el seguimiento del Evangelio, el Papa quiso también mostrar a san Francisco de Asís como modelo de diálogo con creyentes de otras religiones, en particular con el Islam.
Recorriendo uno a uno los episodios más significativos de la vida del santo italiano, el Papa recordó que la orden se desarrolló en muchos lugares de Europa, “e incluso en Marruecos”.
En 1219 Francisco obtuvo el permiso de dirigirse a hablar, en Egipto, al sultán musulmán Melek-el-Kâmel, para predicar también allí el Evangelio de Jesús.
“Deseo subrayar este episodio de la vida de san Francisco, que tiene una gran actualidad”, afirmó Benedicto XVI.
“En una época en la que estaba en curso un enfrentamiento entre el Cristianismo y el Islam, Francisco, armado voluntariamente solo con su fe y su mansedumbre personal, recorrió con eficacia el camino del diálogo”, explicó.
El Papa recordó que el sultán recibió a san Francisco “con una acogida benevolente y cordial”.
“Es un modelo en el cual también hoy deberían inspirarse las relaciones entre cristianos y musulmanes: promover un diálogo en la verdad, en el respeto recíproco y en la mutua comprensión”, afirmó.
Después, explicó, en 1220 “Francisco visitó Tierra Santa, echando así una semilla, que traería mucho fruto: sus hijos espirituales, de hecho, hicieron de los Lugares en los que vivió Jesús en un un ámbito privilegiado de su misión”.
En este sentido, quiso recordar “con gratitud” los “grandes méritos” de la Custodia Franciscana de Tierra Santa, que cuida los Santos Lugares desde el siglo XIII.