Sanergia: falsa medicina de la Nueva Era para la razón y la fe

Por Vicente Jara

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MADRID, sábado, 3 de julio de 2010 (ZENIT.org).-Después de varias consultas dirigidas a la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) por parte de personas preocupadas por una terapia alternativa denominada «Sanergia», uno de los expertos de la RIES, Vicente Jara, explica en este artículo en qué consiste y ofrece un juicio desde su conocimiento del fenómeno de la nueva religiosidad y desde la fe cristiana. El autor es dominico seglar y bachiller en Teología. Ha dirigido en Radio María España el programa «Conoce las sectas», y es el responsable de la web About Sects and Cults.

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Sanergia es una más de las múltiples técnicas falsas, de pseudo-medicina en concreto, que pululan por los países de occidente esquilmando el dinero a la gente en base a palabras rimbombantes, mixturas de filosofía oriental, gnosticismo, capacidades autocurativas, potencial humano, y lamentablemente haciendo burla de la enfermedad y la debilidad del ser humano, que a veces en su desesperación y frustración, en su dolor y su angustia, es fácilmente engañado por este tipo de embaucadores.

En este artículo podrán leer una gran cantidad de frases y palabras raras, esotéricas, carentes de sentido, pero con una capacidad no pequeña de sonarles atractivas y esperanzadoras, a modo de talismanes que reclamarán su atención, cuánto más si están buscando sanación ante una dura enfermedad propia o de un ser querido.

«Sanergia», dice su fundador Alessandro di Masi, «es una forma de curación bioenergética, te conecta con el Diseño Original, con la frecuencia vibratoria curativa, y te reprograma, te limpia los meridianos y libera tu fuerza vital canalizando tu energía. Con Sanergia desactivas las enfermedades antes de que aparezcan, transmitiendo a las células mensajes de salud, de vida. La sociedad moderna mata las células con sus mensajes negativos. Cada vez que tomamos una pastilla le decimos al cuerpo que está enfermo y eso reafirma la enfermedad».

Lamentablemente, con estas falsedades se engaña a las personas negando la existencia de agentes patógenos, de virus y microorganismos, de la predisposición por el ADN en las personas a padecer ciertas enfermedades, de las variaciones en los sistemas inmunológicos de los seres humanos, y en definitiva, en todas las conquistas de la humanidad en ciencia médica.

Es en el «Centro de Investigación Bioenergética (CIB)» de Girona (España), donde di Masi tiene su consulta principal. Lo fundó cuando se unió con una mujer que «vivía en un bosque aislada de la sociedad en compañía de un burro y dos gatas. Se nutría de todo lo que puede proveer un bosque. Curaba a la gente con raíces, hongos, hierbas e imposición de manos».

Ellos hablan de «curaciones milagrosas, fuera de la lógica, alivio de dolores incluso ante situaciones de quimioterapia, curación de trastornos mentales», y dicen que «las enfermedades más peligrosas son las más fáciles de curar. El poder lo tiene uno mismo, y puede curar a otros a distancia». La curación es sin contacto físico, siguiendo con las manos las vibraciones del universo que tiene cada uno. Según di Masi «el hombre tenía en su pasado remoto la capacidad de auto curarse que perdió en el transcurso de los tiempos. Los animales las tienen aún, e incluso los niños».

El cúmulo de barbaridades que alegan los dispensadores de Sanergia es elevado, y no tenemos tiempo para detenernos demasiado en cada una de ellas. Todo va en contra de la misma ciencia antropológica, histórica, médica, etc. todo afirmaciones sin ningún fundamento científico. Si algo sabemos con claridad del pasado remoto del hombre es que la mortandad era altísima, la vida media de las poblaciones era de 30-40 años, las mujeres morían muchas veces en los partos, la exposición al clima suponía un desgaste altísimo en la salud, la ingesta de nuevos alimentos de cultivos que iban apareciendo en las sociedades sedentarias que se iban formando no era del todo óptima para la salud, y la ingesta de animales enfermos que eran más fáciles de cazar llevaba a veces aparejado el que muchas enfermedades de ellos pasaban a los poblaciones humanas que eran por ello diezmadas.

Si no estamos aún convencidos del descaro de estos pseudo-médicos digamos que en sus propias palabras, «si uno no se sana con Sanergia no se sanará con nada.» Según ellos, «no juzgan, no dan opiniones, no recetan. Conocemos las causas de las enfermedades y las comunicamos a los clientes, mientras que los médicos prescriben una medicación que quizás alivia el sufrimiento pero jamás cura. Sanergia no cura enfermedades sino que sana a la persona. Los médicos se ocupan de curar enfermedades y los sanergistas se ocupan de tu salud».

Su método de curación es «fácil, no hay reglas, curamos pero no sabemos cómo curamos. Siempre funciona».

Sanergia tiene un poso de Chamanismo, Reiki, Programación Neurolingüística (PNL), Numerología y demás corrientes sin ningún fundamento científico propias de la «New Age» (Nueva Era). Seguir Sanergia es perder el dinero y el tiempo que sería preciso para encontrar la verdadera solución médica a un problema de enfermedad. Entendemos que la desesperación puede llevar a cualquiera a acudir a este tipo de personas, a un curandero de fuerte personalidad y escasos escrúpulos, pero es un error que puede ser fatal.

¿Qué decir del precio? Los sanergistas ofrecen sesiones o bien 2 ó 4 ó 6 sesiones, resultando un gasto total de varios cientos de euros.

En su concepción del mundo, típica de la Nueva Era, consideran que todos estamos unidos, es un panteísmo craso, con tendencia al solipsismo, y así dicen que «todos somos moléculas provenientes del original Big Bang. Tú eres toda la gente, todos son tú».

Sinergia, como cualquier pseudo-medicina y magia que acampa por sus fueros en nuestro occidente, como siempre ha sido y sigue siendo, ataca con virulencia en dos frentes y se opone directamente a ellos. Por un lado ataca de raíz a la ciencia, a la razón, a la medicina, como hemos podido comprobar. Por otro lado, ataca a la fe, a la fe cristiana y a los cristianos, a la Iglesia católica. Así, di Masi dice: «la mayoría de los enfermos de este planeta son cristianos. Hay más hospitales en Europa que en todo el mundo reunido. Nos han educado con el ejemplo de un hombre desnudo crucificado y tenemos que sufrir, pagar por nuestros pecados, ser humildes, sumisos, respetuosos, obedientes, crédulos». Alessandro di Masi es un manipulador de la verdad al no reconocer que en los países occidentales hay más hospitales y el desarrollo de la medicina ha sido tan elevado no por lo que él afirma, sino por el pasado egipcio-greco-romano y posterior judeo-cristiano que ha potenciado la razón científica, el cuidado a los pobres, los desvalidos, y el conocimiento de la creación por considerarla obra de Dios, y ser manifestación del Reino la sanación del enfermo, una herencia donde la Iglesia ha demostrado y sigue demostrando su cercanía a los pobres y enfermos, tal y como Jesús de Nazaret, el Cristo, predicó e hizo. Por otro lado, su ataque a la muerte en cruz de Jesucristo y su concepción de la Redención y Pasión demuestra el no haber entendido el sentido soteriológico, salvador y redentor de la Cruz y la Resurrección, el triunfo de la Vida sobre la muerte.

Sigue diciendo di Masi: «las personas que rezan son las que no tienen fe. Si rezan continuamente es porque no tienen fe ni en el sanador, ni en dios ni en sí mismos. Tú eliges, tú eres Dios, lo que crees es lo que creas.» Creo que no les quedarán dudas del tipo de ideología que subyace en Sanergia, el deseo diabólico de «ser como dioses», en oposición a la razón y a la fe.

Es por ello que la razón y la fe han de ser nuestros más preciadas pertenencias en esta vida y que más hemos de cuidar,
potenciar y proteger, ya que como nos recordó Juan Pablo II en el inicio de la encíclica Fides et Ratio, «la fe y la razón (fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad».

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ZENIT Staff

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