Delegado papal guía con plenas facultades la renovación de la Legión de Cristo

Un decreto de la Santa Sede comunica sus funciones

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 25 de julio de 2010 (ZENIT.org).- El arzobispo Velasio De Paolis, C.S., delegado pontificio para la Legión de Cristo, ha recibido de Benedicto XVI plenas facultades de gobierno sobre la congregación durante el tiempo que sea necesario para completar el camino de renovación, revisar las Constituciones y convocar un capítulo general extraordinario.

Así se desprende del decreto sobre las «modalidades de cumplimiento del oficio de delegado pontificio» que emitió el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, presentado por monseñor De Paolis el 21 de julio en la segunda reunión que mantuvo con el consejo general de la congregación, y publicado por la misma el 23 de julio en su página web.

La congregación, en esa misma fecha y lugar, publica la carta que el Papa Benedicto XVI envió el 16 de junio a monseñor De Paolis, en la que le nombraba su delegado tras la reciente visita apostólica a los Legionarios de Cristo, que «ha puesto de relieve, además del celo sincero y de la fervorosa vida religiosa de un gran número de miembros de la congregación, la necesidad y urgencia de un camino de profunda revisión del carisma del Instituto». 

En once puntos, el decreto establece las «precisiones y disposiciones aprobadas por el Sumo Pontífice».

En primer lugar, establece que «la autoridad concedida por el Santo Padre al delegado pontificio, muy amplia y que se ha de ejercer en nombre del mismo Sumo Pontífice, se extiende a todo el Instituto: a todos los superiores, a los diversos niveles (dirección general, provincial y local) y a todas las comunidades y a cada religioso. Tal autoridad implica todos los problemas propios del Instituto religioso y puede ser ejercitada siempre que el Delegado lo considere necesario para el bien del Instituto mismo, incluso derogando las Constituciones».

En segundo lugar, el segundo punto indica que «los superiores del Instituto en todos los niveles ejercitan su autoridad de acuerdo con las Constituciones y bajo la autoridad del mismo delegado pontificio».

Por tanto, según el documento, los actuales superiores permanecen en sus oficios «mientras no sea necesario proveer de otro modo».

En tercer lugar, el decreto establece que queda reservada al delegado pontificio la aprobación de las decisiones del gobierno general de la congregación, ya sea que estén relacionadas con personas («admisión al noviciado, a la profesión, al sacerdocio, nombramientos y traslados de personal»), ya sea que estén relacionadas con los apostolados y centros de formación («seminarios, institutos académicos, escuelas»), ya sea que afecten a «cuestiones de administración extraordinaria o a los actos de enajenación de bienes».

Según el decreto, «todos tienen libre acceso al delegado y todos pueden tratar personalmente con él; a su vez, el delegado tiene el poder de intervenir en todo lugar donde estime oportuno, incluso en el mismo gobierno interno del Instituto, a todos los niveles».

A diferencia de lo que habían anunciado medios de información, que preveían dos «subdelegados» pontificios, el documento vaticano establece que el delegado, «en el cumplimiento de su misión, está acompañado por cuatro consejeros personales, que lo asisten en la realización de su trabajo, según las circunstancias y las posibilidades y que pueden ser encargados para tareas específicas, particularmente para visitas» a las comunidades.

El documento aclara que «la tarea principal del delegado pontificio es la de encaminar, acompañar y realizar la revisión de las Constituciones».

«A la revisión de las Constituciones deben colaborar todos los miembros del Instituto, sea a nivel individual como comunitario, según un proyecto que desde el inicio se tendrá que elaborar y poner en acto».

El decreto indica que se constituya «lo más pronto posible una Comisión para la revisión de las Constituciones, en los diversos niveles del Instituto, con la participación sobre todo de los miembros del mismo Instituto, que se han de sentir responsables de la revisión y reelaboración del propio proyecto de vida evangélica, siempre en armonía con la enseñanza de la Iglesia».

El presidente de esta Comisión será el mismo delegado pontificio.

El decreto indica que el delegado pontificio coordinará la visita apostólica del movimiento apostólico «Regnum Christi», que fue anunciada por el comunicado emitido por la Santa Sede el 1 de mayo al concluir la visita apostólica de los cinco obispos a la congregación.

El delegado pide paciencia en el camino de renovación

En una carta escrita el 10 de julio a los miembros de la congregación de los Legionarios de Cristo, monseñor de Paolis aclara que «para el Papa, el delegado pontificio es su Delegado personal. Este al cumplir su tarea, debe obrar ‘como testigo tangible de mi (su) cercanía, para que actúe en mi (su) nombre ante esa Familia Religiosa'».

El representante papal explica que el camino de renovación que emprende la congregación «no es para poner en entredicho la propia vocación, sino para volverla a considerar a fondo y renovar con un nuevo espíritu y una mas intensa participación la propia adhesión a ella».

«Se puede entender que algunos estén pasando por momentos difíciles, que algunos hayan pensado ya en otros caminos, y otros quizá los estén considerando –añade–. La vocación es algo demasiado serio para que se pueda tomar una decisión sobre ella en un momento de desorientación».

«Es preciso reencontrar la serenidad del espíritu y del alma, porque la decisión hay que tomarla delante de Dios, en la fidelidad a Jesucristo, que vosotros habéis escogido como rey de vuestra vida. Tengamos paciencia. Recorramos con humildad y fe el camino de renovación; consideremos juntos de nuevo la consagración religiosa a la luz del carisma de la congregación; releamos las constituciones sobre las que habéis comprometido vuestra vida».

«Se trata, estoy seguro, de liberarlas de elementos que puedan ofuscar vuestro carisma, de modo que la vocación en la profesión de los consejos evangélicos resplandezca plenamente en toda su belleza, para reforzar en vuestra vida la realeza de Cristo, que se ha manifestado en plenitud en el misterio de su Pascua».

«Siguiendo a Jesús que, en su camino de amor, se ofrece libremente al Padre y a los hermanos para crear en su cuerpo de Resucitado la nueva criatura. Vuestra vocación, como vuestra congregación, se encuentra en vuestras manos, se confía a vuestra responsabilidad. La Iglesia os acompaña; el Señor es misericordioso y generoso: dona su Espíritu sin medida! Su gracia os precede, os acompaña y os lleva a la meta», concluye.

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ZENIT Staff

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