Vida, familia y paz: prioridades del nuevo arzobispo de Bogotá

Monseñor Rubén Salazar Gómez tomó posesión el pasado 13 de agosto

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BOGOTÁ, martes 17 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- Durante la eucaristía celebrada en la Catedral primada de Bogotá, en la que tomó posesión el nuevo arzobispo, monseñor Rubén Salazar Gómez aseguró que ha venido “recoger una cosecha riquísima y a continuar sembrando con ahínco”, así lo expresó en su homilía, al referirse a la tarea de su antecesor, el cardenal Pedro Rubiano Sáenz.

Monseñor Salazar Gómez, quien hasta ahora se desempeñaba como arzobispo de Barranquilla, tomó posesión de su nuevo cargo el pasado viernes 13 de agosto en una concurrida eucaristía en la que acudieron miles de fieles, entre ellos el alcalde de Bogotá Samuel Moreno.

“Los acompañaré a todos y a cada uno con cariño de padre, de hermano, de amigo, porque tenemos una ardua tarea común”, dijo el prelado quien también aseguró que es necesario “discernir juntos la voluntad del Señor sobre su pueblo y fortalecer las condiciones que hagan posible un trabajo evangelizador de conjunto”.

Matrimonio hombre – mujer

El nuevo arzobispo, en entrevista con Caracol Radio, expresó su preocupación por la demanda presentada recientemente a la Corte Constitucional colombiana para que se reconozcan los matrimonios homosexuales en este país: “El Señor creó varón y mujer y pidió que fueran el varón y la mujer los que se unieran en una unión estable que nosotros llamamos matrimonio”, dijo.

“Solamente en ese fundamento sólido se puede construir una sociedad, solamente ahí hay fecundidad y condiciones fundamentales para que una sociedad pueda seguir adelante”, aclaró. “¿Qué necesidad hay de equipararlos con aquello que es la base fundamental de la sociedad?, se preguntó.

Sobre la cátedra del aborto

Monseñor Salazar Gómez se refirió también a la sentencia de la Corte Constitucional que recientemente obliga a los colegios a incluir en su cátedra de educación sexual, la enseñanza sobre el supuesto derecho a abortar en los tres casos en que representan un delito no punible en este país: malformación física del feto, violación e incesto.

“Lo fundamental es salvar la  realidad de la unión del sexo con el amor, no desvincularlos porque en el momento en que se desvinculen pueden venir muchos abusos y muchas tergiversaciones del verdadero sentido de la sexualidad humana”, aclaró el arzobispo.

Mediadora de paz

Monseñor Rubén Salazar se refirió también al tema de la Iglesia como mediadora ante el conflicto armado colombiano: “Estamos siempre listos todo lo que sea conducente a la paz. Es un tema que nos interesa profundamente”.

“Está en el corazón mismo de nuestro mensaje del Evangelio”, recordó el prelado. “El Señor Jesús dijo ‘yo he venido a traer la paz’ y por lo tanto nosotros como Iglesia tenemos que ser fundamentalmente constructores de paz y tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para facilitar la paz en nuestra patria”, concluyó monseñor Salazar Gómez.

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ZENIT Staff

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