La Santa Sede denuncia una nueva carrera de armamentos a nivel global

Relanza la propuesta de crear un fondo mundial para el desarrollo con esos recursos

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NUEVA YORK, martes, 12 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- En menos de una década han aumentado en la mitad los gastos militares mundiales, ha denunciado la Santa Sede ante las Naciones Unidas, relanzando la idea de destinar lo que hoy se gasta en armas a la creación de un fondo mundial para el desarrollo.

El arzobispo Francis Chullikatt, nuncio apostólico, observador permanente vaticano ante la ONU, ha intervenido ante la sexagésimo quinta asamblea general de esa institución que afrontaba el debate sobre el desarme y la seguridad internacional.

El representante del Papa comenzó recogiendo un informe (SIPRI, «Yearbook» 2010, Oxford 2010) que muestra cómo los gastos militares mundiales alcanzaron en 2009 los 1.531 billones de dólares, un incremento en términos reales de un 49% con respecto al año 2000 y de un 6% con respecto al año 2009.

«Son cifras impresionantes, sobre todo a la luz de la Carta de las Naciones Unidas, que no busca edificar la seguridad y la paz sobre un equilibrio de miedo, sino sobre el respeto pleno de los derechos y las libertades fundamentales de las personas y los pueblos».

Además, recordó, la Carta de las Naciones Unidas compromete a los Estados para promover el establecimiento y mantenimiento de «la paz y la seguridad internacionales con el menor desvío posible de los recursos económicos y humanos».

«Los importantes recursos, tanto humanos como materiales, dedicados a objetivos militares no sólo distraen sino que además impiden la promoción de un auténtico desarrollo, la lucha contra la pobreza y acabar finalmente con la actual crisis internacional».

El prelado retomó la propuesta lanzada en 1964 por el Papa Pablo VI, quien consideró que los recursos destinados a los gastos militares podrían ser utilizados para crear un «‘fondo mundial’ para programas de desarrollo, que podrían ser de especial beneficio para los más pobres».

«Por desgracia, es un proyecto que todavía está esperando ser realizado, pues requiere que todos los Estados se unan en una manifestación de su buena fe y contribuyan de esa manera a la paz y a la seguridad internacionales», indicó el nuncio apostólico.

Por lo que se refiere a las armas nucleares, el representante de la Santa Sede ve una gran contradicción.

 

«Por una parte, el lenguaje de muchos países ha cambiado, indicando quizá un deseo de pasar la página y de superar la idea de la disuasión como pilar de las relaciones internacionales –reconoció–; por otra, parece difícil lograr un cambio real en las políticas y en las acciones. Las reducciones estratégicas de los arsenales nucleares son pasos importantes, pero son insuficientes si no son seguidos por una desarme general y efectivo, realizado con buena fe a nivel multilateral e internacional», indicó.

La Santa Sede ha promovido los tratados internacionales destinados a asegurar el desarme a nivel global, con la esperanza de que además sirvan para reflexionar y fortalecer las instituciones internacionales y, en general, «los foros de la diplomacia multilateral».

«La comunidad internacional está llamada a encontrar soluciones originales y prácticas a los objetivos deseados, entre los cuales se encuentra el desarme completo», concluyó monseñor Chullikatt.

Más información en www.holyseemission.org

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ZENIT Staff

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