Benedicto XVI: la Doctrina Social de la Iglesia, una cuestión de amor

“Caridad en la verdad”, también en lo social

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes 5 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Sólo desde la “caridad en la verdad” podrá la Iglesia iluminar las cuestiones sociales. Así lo afirma el Papa Benedicto XVI en su Mensaje a la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio “Justicia y Paz”, que fue publicado ayer.

En él, el Pontífice analiza la afirmación que ya hizo en su encíclica Caritas in Veritate, sobre la concepción de la doctrina social de la Iglesia como Caritas in veritate in re sociali.

Dirigiéndose al cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, actual presidente del dicasterio, afirma por qué ambas, caridad y verdad, son elementos fundamentales de la dotrina social de la Iglesia.

Gracias a Jesucristo, explica, “se puede caminar en la vía del crecimiento humano integral con el ardor de la caridad y la sabiduría de la verdad en un mundo en el que, a menudo, la mentira acecha al hombre, a la sociedad, a la participación”.

“Es viviendo la ‘caridad en la verdad’ como podremos ofrecer una mirada más profunda para comprender las grandes cuestiones sociales e indicar algunas perspectivas esenciales para su solución en sentido plenamente humano”.

“Solo con la caridad sostenida por la esperanza e iluminada por la luz de la fe y de la razón, es posible conseguir objetivos de liberación integral del hombre y de justicia universal”, insiste el Papa.

Caritas in veritate in re sociali: así me ha parecido oportuno describir la doctrina social de la Iglesia, según su enraizamiento más auténtico – Jesucristo, la vida trinitaria que Él nos da – y según toda su fuerza capaz de transfigurar la realidad”, añade.

El “compromiso de construcción de la ciudad” terrena, explica el Papa, “se apoya en las conciencias guiadas por el amor a Dios y, por esto, naturalmente orientadas hacia el objetivo de una vida buena, estructurada sobre el primado de la trascendencia”.

“Tenemos necesidad de esta enseñanza social, para ayudar a nuestras civilizaciones y a nuestra propia razón humana a captar toda la complejidad de la realidad y la grandeza de la dignidad de toda persona”.

Benedicto XVI recuerda al dicasterio que su tarea consiste “no sólo en la elaboración de nuevas actualizaciones de la doctrina social de la Iglesia, sino también de su experimentación”.

Ésta debe seguir, afirma, “ese método de discernimiento que indiqué en la Caritas in veritate, según la cual, viviendo en la comunión de Jesucristo y entre nosotros, somos ‘encontrados” sea por la Verdad de la salvación, sea por la verdad de un mundo que no ha sido creado por nosotros, sino que se nos ha dado como casa que compartir en la fraternidad”.

50 años de Mater et Magistra

Esta concepción novedosa de la doctrina social, en realidad, sigue la estela del magisterio de los papas anteriores, y se situa en la misma línea que la encíclica Mater et Magistra de Juan XXIII, cuyo 50 aniversario se celebrará próximamente.

La encíclica del “papa bueno” ya invitana a “considerar con constante atención los desequilibrios sociales, sectoriales, nacionales, entre recursos y poblaciones pobres, entre técnica y ética”.

Medio siglo depsués, en el actual contexto de globalización, “estos desequilibrios no han desaparecido”, advierte el Papa.

“Han cambiado los sujetos, las dimensiones de las problemáticas, pero la coordinación entre los Estados – a menudo inadecuado, porque está orientado a la búsqueda de un equilibrio de poder, más que a la solidaridad – deja espacio a renovadas desigualdades”.

Esto provoca el “peligro del predominio de grupos económicos y financieros que dictan – y pretenden hacerlo continuamente – la agenda de la política, en menoscabo del bien común universal”, afirma.

Además, Mater et Magistra concedía un importante papel a los laicos en las cuestiones relacionadas con la doctrina social.

Esta encíclica, recuerda el Papa, “proponía una verdadera y propia movilización, según caridad y verdad, por parte de todas las asociaciones, los movimientos, las organizaciones católicas y de inspiración cristiana, para que todos los fieles, con compromiso, libertad y responsabilidad, estudiaran, difundieran y llevaran a cabo la doctrina social de la Iglesia”.

No solo laicos

La Caritas in veritate, en línea con esta intuición, afirma sin embargo, también, la importancia de que estos laicos encuentren a su lado “sacerdotes y obispos capaces de ofrecer una incansable obra de purificación de las conciencias”.

Otra de las necesidades de los laicos es encontrar en sus pastores “un apoyo indispensable y ayuda espiritual al testimonio coherente en lo social”.

Por ello, afirma el Papa, “es de fundamental importancia una comprensión profunda de la doctrina social de la Iglesia, en armonía con todo su patrimonio teológico y fuertemente arraigada en la afirmación de la dignidad trascendente del hombre, en la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural y de la libertad religiosa”.

“Es necesario preparar fieles laicos capaces de dedicarse al bien común, especialmente en los ámbitos más complejos como el mundo de la política”, afirma.

Pero es urgente tener también Pastores que, sin salirse de su papel, “sepan contribuir a la animación y a la irradiación, en la sociedad y en las instituciones, de una vida buena según el Evangelio, en el respeto de la libertad responsable de los fieles”.

“La doctrina social de la Iglesia representa así la referencia esencial para el proyecto y la acción social de los fieles laicos, además de para una espiritualidad vivida propia, que se nutra y se encuadre en la comunión eclesial: comunión de amor y de verdad, comunión en la misión”, concluye.

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ZENIT Staff

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