Arzobispo de Canterbury ve aspectos positivos en ordinariatos para anglicanos

El primado Rowan Williams recibido en audiencia por Benedicto XVI

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves 18 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El arzobispo de Canterbury, el doctor Rowan Williams, ve aspectos positivos en la creación de ordinariatos para la acogida en la Iglesia católica de comunidades anglicanas.

El primado anglicano hizo estas declaraciones en el Vaticano este jueves, donde fue recibido en audiencia privada por Benedicto XVI, después de haber participado en la víspera en el acto de conmemoración con motivo de los cincuenta años de la creación del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos.

El 8 de noviembre cinco obispos anglicanos de la Iglesia de Inglaterra anunciaron su renuncia al ministerio en la Iglesia anglicana y su resolución de unirse a un ordinariato personal para anglicanos en plena comunión con la Iglesia católica.

La posibilidad de crear estas circunscripciones eclesiásticas no regionales fue establecida hace un año por Benedicto XVI con la promulgación de la constitución apostólica «Anglicanorum Coetibus».

De este modo, los anglicanos que lo deseen podrán reconocer el primado del Papa, manteniendo elementos propios de su tradición litúrgica y espiritual.

«Obviamente mi reacción a las renuncias es de pesar, pero respeto», ha declarado el doctor Williams a «Radio Vaticano».

«Yo sé las consideraciones que han afrontado, en particular los dos que fueron mis sufragáneos. Hemos hablado, hemos trabajado y nos hemos separado con oraciones y bendiciones».

«Creo que el desafío vendrá al compartir el uso de las iglesias», reconoce, «en los consejos que debemos dar como anglicanos», y además «desde luego habrá algunas parroquias sin sacerdotes, de manera que nos encontramos ante un desafío práctico».

Ante quienes han calificado como «gesto profético» la creación de ordinariatos en la Iglesia católica para anglicanos, el arzobispo de Canterbury reconoce que «creo que el ordinariato ayuda a la gente a valorar la herencia o el patrimonio anglicanos. Estoy feliz de alabar a Dios por este motivo. No creo que sea un acto agresivo orientado a desestabilizar las relaciones de las Iglesias y sólo queda por ver la amplitud del movimiento del que estamos hablando».

«Pero, ¿profético?», se pregunta el mismo Williams. «Quizá sí -responde–. En el sentido de que la Iglesia católica dice de este modo que hay maneras de ser cristiano en la Iglesia de Occidente que no quedan restringidas por identidad histórica católico-romana. Es algo de lo que podemos hablar».

En una audiencia concedida este jueves a la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, el Papa ha confirmado el compromiso de la Iglesia católica en la búsqueda de la unidad con los anglicanos y demás confesiones cristianas.

«A pesar de nuevas situaciones problemáticas o de puntos difíciles para el diálogo, la meta del camino ecuménico sigue inalterada, así como el compromiso firme para perseguirla», ha dicho el obispo de Roma.

«No se trata, sin embargo, de un compromiso según categorías, por así decir, políticas, en las que entran en juego la capacidad de negociar o de encontrar compromisos, motivo por el cual podría esperarse, como buenos mediadores, que después de un cierto tiempo se llegue a acuerdos aceptables para todos», ha concluido. 

Por Jesús Colina

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ZENIT Staff

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