CIUDAD DEL VATICANO, lunes 22 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Un cardenal no sólo debe preocuparse por su Iglesia particular, sino que debe saber extender la mirada a todo lo ancho de la Iglesia universal. Así lo recomendó el Papa Benedicto XVI a los nuevos cardenales, a quienes recibió hoy en audiencia, junto con sus familiares y acompañantes, en el Aula Pablo VI.
El Papa quiso mostrar su afecto y apoyo a los veinticuatro nuevos purpurados, saludándoles en cada uno de sus respectivos idiomas, y afirmando su confianza en ellos y en el trabajo que llevarán a cabo a partir de ahora.
“Confío mucho en vosotros, en vuestra oración y en vuestra preciosa ayuda”, les dijo el Papa, animándoles a seguir el “ejemplo luminoso de los santos cardenales, intrépidos servidores de la Iglesia que, en el transcurso de los siglos, han dado gloria a Dios con el ejercicio heroico de las virtudes y la tenaz fidelidad al Evangelio”.
Invocando sobre ellos a la mártir santa Cecilia, les recordó su compromiso “de ser en la Iglesia atentos oyentes de las diversas voces, para hacer más profunda la unidad de los corazones”.
A los cardenales italianos, la mayor parte de ellos ya miembros de la Curia Romana, les exhortó a “perseverar fielmente en vuestras respectivas tareas por el bien del Evangelio y de todo el pueblo cristiano”.
A los de habla francesa, entre quienes se encontraba el patriarca de Alejandría de los Coptos, Antonios Naguib, y dos africanos, les invitó a “extender la mirada a las dimensiones de la Iglesia universal” y a ser “testigos ardientes del Evangelio para volver a dar al mundo la esperanza que necesita y para contribuir en todas partes al establecimiento de la paz y de la fraternidad”.
Dirigiéndose después a los de habla inglesa, les recordó que los cardenales “están llamados a participar de una forma especial en la solicitud del Papa por la Iglesia universal”.
“El vivo color de sus ropajes ha sido visto tradicionalmente como un signo de su compromiso en defender al rebaño de Cristo hasta el derramamiento de su sangre”, añadió.
Tras ellos, saludó a los de habla alemana, con un especial saludo al nuevo cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los cristianos, subrayando su “importante tarea al servicio de la Iglesia universal y del Papa al servicio de la unidad de los cristianos”.
En español, el Papa felicitó a los nuevos cardenales, pidiéndoles que “movidos por un amor intenso a Cristo y unidos en estrecha comunión con el Sucesor de Pedro, continúen sirviendo con fidelidad a la Iglesia”.
Después se dirigió al cardenal Raymundo Damasceno Assis, obispo de Aparecida, con quien quiso recordar su visita a Brasil, visita que le concedió “horas de íntima alegría y gran esperanza eclesial”.
Por último, quiso saludar al cardenal polaco Kazimierz Nycz, recordándole que el nombramiento cardenalicio “obliga a la solicitud ya no solo por la Iglesia local, sino por la suerte de la Iglesia universal, además de a la estrecha colaboración con el Papa en el desarrollo del oficio petrino”.