WASHINGTON, D.C., domingo 11 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- El décimo aniversario de los ataques terroristas que tuvieron lugar en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, es un momento no sólo de recordar, sino también de ir hacia adelante, dijo el presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.

Monseñor Timothy Dolan de Nueva York dijo esto en una declaración publicada unos días antes del aniversario. Este conmemora los diez años del secuestro de los cuatro aviones que se estrellaron en Nueva York, Washington D.C, Shanksville y Pensilvania. En total 3.000 muertos como resultado de los ataques, incluyendo a los 19 secuestradores.

“Recordamos con respeto a los afectados directamente por esta tragedia, los que murieron, resultaron heridos o perdieron a sus seres queridos”, escribió monseñor Dolan. “De forma especial recordamos la generosa respuesta (de policías, bomberos, sacerdotes y otras valientes personas), de los que arriesgaron, y muchas veces perdieron, sus vidas esforzándose valerosamente para salvar a otros”.

Se estima que más de 400 profesionales, incluyendo 343 miembros del cuerpo de bomberos, murieron en Nueva York el 11 de septiembre. Muchos de ellos murieron cuando las torres cayeron.

El arzobispo dijo que es importante no sólo recordar los ataques sino también la respuesta: “Nos dedicamos a la oración, a ayudarnos y apoyarnos unos a otros. Las manos se abrían en oración y al servicio de todos los que habían perdido tanto”.

Yendo más allá, monseñor Dolan dijo que como país “seguimos decididos a rechazar las ideologías extremistas que perversamente utilizan la religión para justificar ataques contra civiles inocentes”.

“Este décimo aniversario del 11S puede ser un tiempo de renovación”, añadió. “Hace diez años en los ámbitos religioso, político, social y étnico nos unimos como un solo pueblo para curar las heridas y defendernos del terrorismo”.

“A medida que afrontamos los retos actuales de la gente en paro, la lucha de las familias y los continuos peligros de las guerras y del terrorismo, convoquemos el espíritu del 11S de unidad para afrontar nuestros desafíos. Recemos para que el último legado del 11S no sea el miedo, sino la esperanza para un mundo renovado”.

12/9

En un artículo publicado el pasado miércoles en la web Catholic New York,monseñor Dolan decía que además de lo que sucedió el 11S había mucho que aprender del 12/9.
Relató como el párroco de St. Peter, cerca de la Zona Cero, le dijo: “Los ciudadanos de Nueva York no recordamos sólo los horrores y los sufrimientos del 11S; también conmemoramos el 12 de septiembre”.

“Me costó un poco entender el significado de esta frase”, admitió el arzobispo. Pero entonces explicó: “Los neoyorquinos estábamos sobrecogidos, asustados, enfadados, entristecidos y sacudidos por la muerte y la destrucción inolvidable del 11S, cierto; pero ¡los neoyorquinos no estábamos paralizados o derrotados!”

“Se recuperaron inmediatamente, convirtiéndose en personas de fe, oración, esperanza y amor intensos, tan pronto como comenzó el rescate, la recuperación, la reconstrucción y la asistencia. Y no ha parado desde entonces”.

“El 11S nos podría haber vuelto en animales estáticos, paranoicos, y viciosos y nuestros atacantes dementes nos habrían vencido”, continuó monseñor Dolan, “o sacar la parte más noble del alma humana, como el sacrificio heroico, la solidaridad en el servicio, los esfuerzos infinitos en el rescate, las comunidades unidas, las oraciones por los que murieron y por sus familias en luto, la cura y la renovación”.

“El 11S no tuvo la última palabra”, añadió, “sino que la tuvo el 12”.
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En la web de ZENIT: Texto completo de la declaración: www.zenit.org/article-33379?l=english

En la red artículo en Catholic New Yorkwww.cny.org