Por Araceli Cantero Guibert
SANTIAGO DE CUBA, domingo 25 marzo 2012 (ZENIT.org).- A menos de dos días de la llegada de Benedicto XVI a Cuba, la Casa de Pastoral Juan Pablo II de la Archidiócesis de Santiago de Cuba es un hervidero de actividad. Grupos de jóvenes católicos colaboran en la preparación de carteles de bienvenida y organizan la distribución de las credenciales, las camisetas y gorras que identificarán a centenares de voluntarios para la acogida.
“Estamos trabajando en aspectos de la logística de la Misa papal en Santiago”, explica el diácono Humberto González, que dirige la Comisión Diocesana de Misiones. González señala que en la plaza Antonio Maceo, lugar en donde tendrá lugar la Eucaristía del día 26, se repartirán 41.320 plegables y el mismo número de programas para la liturgia, con las oraciones y los cantos.
El desplegable es el mismo que ha circulado por todas las comunidades católicas de Cuba desde el miércoles de ceniza con el título «Dale la mano a tu hermano». En él se invita al pueblo a vivir y realizar gestos de misericordia durante el tiempo de Cuaresma.
Centenares de voluntarios, identificados con una camiseta y gorra blanca formarán los cordones de orden durante la celebración.
Las camisetas muestran el logo con la imagen de la virgen en azul y el lema «La Caridad nos une» y el mensaje «Peregrino de la caridad.
El sábado 24, en la Casa de Pastoral, Julita Soler recortaba las credenciales con un grupo de jóvenes. Pertenece a varios grupos de la pastoral diocesana y dice que es algo que “nos enriquece”. Con pocos años de casada, piensa que pertenecer a un grupo de matrimonios es muy importante. “La vida que nos rodea muchas veces no comparte nuestros ideales de matrimonio pero el grupo si. Hay matrimonios con más experiencia que te ayudan”.
La religiosa claretiana Beatriz Cecilia Medina pasa el día en con los jóvenes voluntarios. Es Coordinadora de la Pastoral Juvenil en la Diócesis y señalaba que el sábado 24 debían terminar esta tarea, porque “a partir del 25 los jóvenes se dedicarán a recibir a quienes van llegando por tren y por guagua, que llegan por adelantado para ocuparse de que la Misa quede muy bonita”.
El joven Luis Javier Mediaceja no pudo colaborar tan directamente en los preparativos cuando Juan Pablo II visitó Cuba. “Yo era muy pequeño pero ahora tengo mas sentido de la responsabilidad,” comentó. Bautizado de pequeño y miembro de la parroquia de Santa Teresita, en Santiago, dice que es importante para los jóvenes participar así porque nos motiva como cristianos y como católicos a integrarnos mas a nuestra iglesia”. El cree con la visita del Papa van a cambiar las expectativas de los jóvenes.
Camilo Fabra trabajó durante diez años con la pastoral juvenil y ahora trabaja en formación y cultura con Hermanos de La Salle. En el 98, trabajó en la comisión de acogida de Juan Pablo II y ahora repite para acoger a Benedicto XVI
Dice que se vive la misma alegría y motivación que entonces para recibir al Santo Padre. “Deseamos que el pueblo exprese su fe y que nosotros podamos brindar un poquito de la fe que tenemos a todo el que quiera”.