APARECIDA, martes 24 abril 2012 (ZENIT.org).- Este lunes, durante la rueda de prensa de la 50 Asamblea General de los obispos de Brasil, el cardenal Odilo Pedro Sherer, arzobispo de São Paulo, dijo a los periodistas presentes, que el «Estado es laico» pero «nuestra sociedad es muy religiosa».
Hablando «desde el lado de la Iglesia católica», el purpurado afirmó la importancia de la laicidad del estado, sin embargo de una laicidad bien entendida, «es decir, que el Estado respete la libertad religiosa, que respete las libres opciones religiosas de los ciudadanos, la libre expresión religiosa», o sea, «que el estado no tenga religión oficial, pero que tampoco interfiera en la religión».
«La Iglesia católica no tiene problemas en convivir con el estado laico», afirmó el cardenal Sherer. Hay sin embargo un peligro de una laicidad interpretada como una especie de «pensamiento único, impuesto a todos los ciudadanos, que excluye la presencia religiosa, el pensamiento religioso», haciendo que los ciudadanos religioso sean considerados como de segunda categoría, «esto si huele a discriminación religiosa», dijo el cardenal.
Que haya un respeto por la libertad religiosa de cada uno, es lo que desea el purpurado.
«Por otro lado, que no se pretenda en nombre de la laicidad del estado, imponer como pensamiento más válido, el pensamiento ateo», pues va contra la misma cultura de nuestro pueblo, afirmó el cardenal.
El cardenal concluyó afirmando que el «estado es laico. ¡Esto es bueno, y que así sea! Mientras tanto, la sociedad no es laica. ¡La sociedad es religiosa, es muy religiosa! Con innumerables expresiones de religiosidad que, por tanto, el estado debe tener en consideración y, de acuerdo con la constitución, respetar».