El Congreso Internacional visto como fuente de renovación para la Iglesia irlandesa

Entrevista al arzobispo de Dublín, monseñor Diarmuid Martin

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Por Ann Schneible

DUBLIN, jueves 14 junio 2012 (ZENIT.org).- Sin nunca olvidar los pecados del pasado, dijo el arzobispo de Dublín, monseñor Diarmuid Martin, la renovación de la Iglesia católica en Irlanda depende de la formación catequética de los jóvenes y la reorientación de los católicos hacia el centro eucarístico de su fe.

El 50 Congreso Eucarístico Internacional, que se celebra esta semana, es visto como un paso importante hacia la renovación de la Iglesia en Irlanda.

El arzobispo Diarmuid Martin, primado de Irlanda y arzobispo de Dublín desde 2004, habló con ZENIT sobre el Congreso, la crisis en la Iglesia y la renovación de la Iglesia en Irlanda.

¿Cuáles son sus impresiones sobre el Congreso?

–Mons. Martin: Pienso que el entusiasmo debería ser lo primero. La gente siente que son parte de algo. Pienso que esto es importante en la Iglesia irlandesa porque hemos atravesado dificultades, y por supuesto la Iglesia irlandesa está un poco cansada, y necesita un elemento de confianza en sí misma. La presencia de personas de diferentes partes del mundo contribuirá a ello. Si usted va a la Jornada Mundial de la Juventud, por ejemplo, una de las cosas que los jóvenes dicen también es que han encontrado a muchas otras personas en su misma situación. Pienso que hay algo de esa experiencia aquí.

También estamos viendo lo diferente y variada que es la Iglesia irlandesa; en este sentido es una Iglesia muy católica. Y el hecho de que, también, los líderes de otras Iglesia cristianas hayan tomado parte con tanto entusiasmo en el Congreso es una vez más una indicación del cambio que está teniendo lugar en Europa. Estamos afrontando los mismos desafíos de secularización en la sociedad, y hay muchas cosas que podemos hacer juntos.

Este congreso ha sido visto como un paso hacia la renovación de la Iglesia irlandesa. Hay otras clases de eventos que podían haber sido considerados. ¿Por qué se ha elegido un congreso eucarístico?

–Mons. Martin: Dado que la Jornada Mundial de la Juventud se mueve de continente en continente, y fue hecha en Europa la última vez, pasaría tiempo hasta que volviera a Europa. Esta fue una de las razones.

Había también una cosa: en Irlanda, la Iglesia era una figura dominante de la sociedad. Si se leen los comentarios de los medios irlandeses, todo su énfasis –cuando hablan de cambio en la Iglesia- están pensando en el cambio de papel de la Iglesia en la sociedad. Ofrecen muy poca reflexión sobre lo que es exactamente la Iglesia, sobre la renovación de la Iglesia en su fe y en su vida sacramental. Sentimos que esta era una dimensión importante: la renovación de las estructuras nunca funcionará si al mismo tiempo no hay una renovación interior en la Iglesia.

No es una cuestión de disminución del número de gente que va a Misa que se mantiene alto. Es la calidad de la formación en la fe, y el desarrollo de la fe, lo que realmente necesitamos subrayar de modo especial.

Por ello pienso que el Año de la Fe que viene después de este congreso, irá en la misma línea en términos del modo en el que deberíamos ir hacia adelante.

Ha habido frecuentes referencias a la crisis de la Iglesia en el Congreso. Sin embargo, la Eucaristía es el centro de nuestra fe, y el punto focal de este congreso. ¿Cómo puede la Iglesia ayudar a reorientar el foco de los fieles católicos de la crisis del abuso –sin olvidarla- al centro eucarístico de la fe?

–Mons. Martin: Sería equivocado del todo dar la impresión de que estamos diciendo que la crisis de los abusos ha pasado, que deberíamos olvidarla, y cerrarla. No es el caso. Hay todavía otras historias que todavía no han sido contadas. Quienes han sido objeto de abusos cargan con ellos para el resto de sus vidas, y hay que ser sensibles a esto.

Pero la renovación de la Iglesia tendrá que mirar a ello. Alguna gente dirá “no hablemos de ello”. Pero sólo cuando llega la verdad sobre el pasado se puede afrontar el futuro.

A niveles técnicos de protección de los niños e introducción de normas, se ha hecho todo, y se ha hecho razonablemente bien, y está siendo consistentemente verificado y examinado.

Todavía la renovación de la fe es algo mucho más amplio; nuestros sistemas no están llegando a los jóvenes. El millar de jóvenes en la reunión de Taize la otra noche muestra de nuevo que hay jóvenes que buscan, por ejemplo, el silencio; buscan lo que la oración significa para ellos, y no piensan que han hecho lo suficiente. La formación en la fe dada en las escuelas fue muy libresca, y no les dio necesariamente la experiencia de lo que significa un encuentro con Jesús.

Un número significativo de jóvenes asistió al programa juvenil esta semana, especialmente el lunes por la noche, incluso si en las escuelas irlandesas está en periodo de exámenes. ¿Qué piensa de ello? ¿Qué se esta haciendo para promover la renovación catequética en la diócesis y en la Iglesia de Irlanda?

–Mons. Martin: Tenemos un nuevo directorio catequético en Irlanda: “Difundir la Buena Noticia”. Es un programa de amplio alcance para el desarrollo de la fe. No pone el acento en lo que se está haciendo en las escuelas entre las edades de 6 y 18, sino que va fuera de las escuelas.

Nuestras parroquias no están suficientemente abiertas a los jóvenes. Hay algunas parroquias que no tienen ningún movimiento juvenil fuerte más allá de las escuelas, y esto es una gran carencia. Tenemos que recuperar la idea de construir, dentro de nuestras parroquias, comunidades de jóvenes que sientan que pertenecen, son bienvenidos, son parte de la Iglesia y se les muestra que realmente tienen algo que dar a la Iglesia.

No digo que sea la octava maravilla del mundo. No cambiaremos la Iglesia irlandesa en una semana.

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ZENIT Staff

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