Indonesia: la apertura de un pequeño seminario bloqueada por los musulmanes

En la diócesis de Pangkalpinang, se bloquea la formación de los futuros sacerdotes

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ROMA, jueves 21 junio 2012 (ZENIT.org).- Desde hace años, las autoridades locales, en unión con organizaciones musulmanas presentes en la región, bloquean el establecimiento del primer seminario de la provincia de las islas de Bangka-Belitung.

La diócesis de Pangkalpinang, que comprende una serie de islas entre Sumatra y Borneo que forman la provincia de Bangka Belitung, así como el archipiélago Riau, más al norte, se extiende sobre un territorio de 30.000 km2. Mayoritariamente musulmán (más de 80%), el archipiélago también acoge cerca del 8% de budistas, otros tantos confucionistas y más del 4% de cristianos ( los católicos representan un poco menos de la mitad), informa la agencia Eglises d’Asie.

«Este proyecto se lleva a cabo por una verdadera necesidad», explica Nicolas de Francqueville, seminarista de las Misiones Extranjeras de París (MEP), que conoce los esfuerzos de siempre del obispo de Pangkalpinang, monseñor Hilarius Moa, para construir un pequeño seminario. «La Iglesia diocesana está formada esencialmente por sacerdotes ajenos a la diócesis, la inmensa mayoría venidos de Florès, continúa, pero para formar un clero autóctono, hace falta absolutamente un seminario local».
Entre la cuarentena de sacerdotes que trabajan en la diócesis, todos salvo tres son emigrantes. En cuanto a los seminaristas activos en el seno de la Iglesia de Pangkalpinang, sólo dos han salido de la diócesis, que aún se tiene la costumbre de llamar ‘la Iglesia de los emigrantes'».
» Actualmente, expone el seminarista, los jóvenes que se cuestionan sobre su vocación o quieren seguir una formación católica, son obligados a ir a Palembang [en la isla del Sumatra], al seminario interdiocesano. Esto tiene como consecuencia obligar a los jóvenes a continuar sus estudios universitarios en otros establecimientos para ser ordenados. Mientras que las vocaciones son cada vez más numerosas, éstas ‘se pierden desgraciadamente’ para el servicio diocesano».

Desde el inicio, y más particularmente desde la formación en 2010 de un comité para la construcción del pequeño seminario, el proyecto se topó con la oposición feroz de los habitantes y de la administración local». Presentamos todos los documentos necesarios a la administración del distrito, pero aún no hemos obtenido el permiso para construir», lamenta una fuente eclesiástica local cercana al equipo encargado del proyecto. Según éste, la acción de varias organizaciones islámicas, tales como el Consejo de los ulemas indonesios, el Communication Board of Mosque Teenagers-Youths en Indonesia, o la Brotherhood of Indonesian Hajj, estarían en el origen del bloqueo de la construcción del edificio.

«En Indonesia, este tipo de construcción necesita un gran número de requisitos y de autorizaciones, pero depende sobre todo de la aceptación de las autoridades locales y del acuerdo de los habitantes de la región «, explica Nicolas de Francqueville, y subraya que, en este caso, las preocupaciones administrativas duplicadas por la oposición de los residentes locales obligaron al comité católico a aceptar cambiar muchas veces el emplazamiento del futuro seminario Mario John Boen. Mario John Boen fue el primer sacerdote diocesano autóctono en Indonesia, ordenado en 1935.

La construcción, que debe hacerse en Pangkalpinang, capital provincial y sede del obispado, en la isla de Banka, parece por el momento suspendida, por lo menos en lo que concierne al terreno escogido al principio por el comité, situado cerca del centro de jubilados de la diócesis. A la espera de un desbloqueo de la situación, monseñor Hilarius Moa hizo instalar provisionalmente en un antiguo liceo católico abandonado la primera promoción del pequeño seminario.

Pero a estas dificultades recurrentes con las cuales están habitualmente confrontadas las Iglesias cristianas en Indonesia, se añade aquí el temor de las comunidades musulmanas de una «invasión misionera» a consecuencia de la instalación del pequeño seminario». Monseñor Hilarius Moa insiste ante las autoridades locales en que un pequeño seminario no hace correr ningún peligro a las comunidades musulmanas, informa Nicolas de Francqueville. “¡A veces es difícil hacer comprender que de la treintena de jóvenes que entrarán al pequeño seminario, muy pocos se ordenarán sacerdotes, menos de uno de cada diez! Y que además los estudios serán largos, no habrá una ‘armada’ de 30 o 40 nuevos sacerdotes que saldrán del pequeño seminario cada año… «

El catolicismo llegó tarde a esta parte de Indonesia; fue introducido en la isla de Banka en 1830 por un médico chino, Paulus Tsen On Njie, bautizado en Malasia, que acompañaba a emigrantes chinos venidos a trabajar en las minas de estaño de Pankalpinang. En 1849, habiendo oido hablar de un embrión de comunidad cristiana que se había creado en Bangka, monseñor Vrancken, obispo coadjutor del vicariato apostólico de Batavia, envió al padre Claessens que bautizó a 60 catecúmenos formados por Tsen. Desde 1853, un sacerdote residente, el padre Langenhoff, fue destinado a Sungaiselan, al oeste de la isla de Bangka, mientras que Paulus Tsen continuaba en la comunidad cristiana establecida en la parte oeste de la isla.

En 1923, Pangkalpinang se hacía prefectura apostólica, luego vicariato en 1951 con más de 2.230 católicos. En 1963, fue erigida la diócesis de Pangkalpinang, dependiente de la archidiócesis de Palembang. Según las estadísticas de la Iglesia local, los católicos de la diócesis de Pangkalpinang representaban cerca del 2 % de la población en 2005.

En esta diócesis nacida del apostolado de laicos, la comunidad católica evolucionó al ritmo de las transformaciones de su población estas últimas décadas. Si la implantación y después la difusión del catolicismo en sus comienzos fue esencialmente obra de emigrados chinos, los flujos migratorios de los años de Suharto trajeron a las poblaciones venidas de otras provincias de Indonesia, creando poco a poco una comunidad de orígenes étnicos muy diversos, mezclando a malayos, indonesios, chinos y numerosos grupos aborígenes como Java, Bataks, e incluso Minahasas.
Traducido del francés por Raquel Anillo
 

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ZENIT Staff

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