Paraguay: los obispos ante la destitución del presidente Lugo

Exhortaron al respeto a la Constitución

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ASUNCIÓN, domingo 24 junio 2012 (ZENIT.org).- Ante la grave crisis política que vive la República del Paraguay, la Conferencia Episcopal Paraguaya se dirigió este jueves a los representantes de los poderes del Estado y a la ciudadanía en general para expresar, una vez más, su «exhortación a la pacificación y a la salvaguarda de la vida humana como valor supremo”.

Los obispos paraguayos señalaron que “el sistema democrático, regido por la Constitución y por las leyes, tiene sus mecanismos institucionales para mantener el Estado de Derecho, que todos estamos obligados a respetar”, y consideraron que “la decisión del Congreso Nacional de iniciar el juicio político al Presidente de la República, Fernando Lugo, y de éste a someterse al procedimiento constitucional, pone en marcha un mecanismo institucional que debe desarrollarse en el marco de la normalidad y del respeto irrestricto a la Constitución y a los Derechos Humanos”.

En este contexto, exhortaron “a la prudencia política, evaluando serenamente las consecuencias jurídicas, políticas y sociales emergentes del juicio político”, e hicieron un llamado a los líderes políticos, a las organizaciones sociales, a los gremios y a la ciudadanía a “mantener la calma, la serenidad y a evitar todo tipo de enfrentamientos y de violencia que pongan en riesgo la integridad y la vida de las personas”.

Así mismo, los prelados pidieron a los medios de comunicación social y a los líderes de opinión “prudencia y equilibrio, información veraz y responsable, para contribuir así con una adecuada orientación de la opinión pública y a la pacificación de los espíritus”.

Los obispos dijeron que oran por la paz, invitaron «a todas las comunidades eclesiales a una cadena de oración por la patria para que el Señor Todopoderoso en el amor y la misericordia, bendiga al Paraguay”, e imploraron la protección maternal de la Santísima Virgen María.

La archidiócesis de Asunción y las diócesis del Paraguay organizaronn una jornada de oración «Juntos por la paz y la justicia en el Paraguay», realizada el sábado pasado, frente a la explanada de la catedral de Asunción, donde a las 16 horas se celebró una solemne Eucaristía.

Sugirieron a los fieles llevar la bandera paraguaya, banderas blancas, la remera de la “albirroja”, como distintivos de unidad y de paz.

En dicha celebración eucarística, los obispos del Paraguay, junto al nuncio apostólico, sacerdotes, religiosos, religiosas, y todo el pueblo católico y las personas de bien, elevaron «sus oraciones a Dios, Todopoderoso en el amor y la misericordia, por las víctimas mortales de los hechos de violencia ocurridos en Curuguaty, el viernes 16 de junio pasado”, que desencadenaron la destitución del presidente Fernando Lugo.

La finalidad de la convocatoria de los obispos fue “pedir la paz en nuestra sociedad y buscar la reconciliación del pueblo paraguayo con sus autoridades.

Así mismo, detallaron su intención de orar: por los fallecidos, los heridos, por los familiares de las víctimas; para pedir luz y discernimiento a Dios para enfrentar los problemas no resueltos; pedir como pueblo que se busquen los mecanismos para la tan anhelada Reforma Agraria Integral.

Y expresaron que: se debe buscar el desarrollo agrario integral; se debe encontrar una solución a la falta de tierra de los campesinos; existe una mala distribución de la riqueza en el país; falta un control estricto sobre las tierras malhabidas. Falta mayor control de las tierras distribuidas a los campesinos; existe una manipulación de los campesinos para fines partidarios y políticos.

Los obispos pidieron «respeto a la Constitución y las Leyes porque el recurso de la violencia en un Estado de Derecho carece de cualquier justificación».

Con esta jornada quisieron «decir un no rotundo a la violencia. Debemos evitar la justicia por manos propias. La violencia engendra más violencia».

En este acto pidieron «a los Tres Poderes del Estado que generen soluciones concretas a los problemas de los compatriotas».

«Un Estado de Derecho debe garantizar la Justicia y los bienes materiales indispensables para una vida digna».

«Con esta jornada queremos pedir a los líderes campesinos y a nuestras autoridades que eviten otro derramamiento de sangre entre compatriotas. Que se genere una mesa de dialogo entre todas las partes». «Un país sin Paz es un país sin rumbo». «Necesitamos escucharnos como personas de bien que buscan la Paz y la Justicia para la sociedad paraguaya», dijeron.

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ZENIT Staff

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