CÓRDOBA, jueves 28 junio 2012 (ZENIT.org).- El cardenal Cañizares celebró en Montilla, Córdoba, España, que el santuario diocesano de San Juan de Ávila ya es Basílica Pontificia
El cardenal Cañizares y el obispo de Córdoba conmemoraron el pasado 25 de junio en Montilla, que el papa Benedicto XVI elevara el santuario de San Juan de Ávila al rango de Basílica Pontificia Menor, la segunda con la que cuenta la Diócesis de Córdoba.
Tras recibir el correspondiente decreto por el que el santo padre nombraba al templo en el que se conservan los restos mortales de San Juan de Ávila como Basílica Pontificia, firmado con fecha del día 20 de junio de 2012 por el cardenal Antonio Cañizares, la localidad de Montilla acogió con gozo la celebración de una Misa de Acción de Gracias el pasado lunes.
Con este motivo, el cardenal en su condición de prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, se desplazó hasta allí para celebrar junto al obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, este gran acontecimiento para la Diócesis de Córdoba, conociendo de primera mano los lugares en los que el Santo realizó su actividad intelectual y religiosa.
Previamente, ambos ofrecieron una rueda de prensa en la que manifestaron que “Montilla ha sido el lugar escogido porque ahí se conservan los restos mortales del Maestro Ávila” y que con esta elevación a Basílica Pontificia, “la localidad queda especialmente vinculada con el santo padre”.
Según el obispo de Córdoba, “para la Diócesis de Córdoba es un acontecimiento excepcional” y por ello, se van a organizar diversos actos para conmemorarlo como por ejemplo, una peregrinación a Roma para asistir a la declaración de san Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia Universal (el 7 de octubre), así como la Declaración de un Año Jubilar que comenzará a partir del 12 de octubre y que convertirá a Montilla en el epicentro de todo y en un lugar de peregrinaciones. Además, agradeció al Cardenal su notable contribución a la declaración de san Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia Universal. Asimismo, recordó los signos pontificios que en lo sucesivo distinguirán a la nueva basílica.
Por su parte, el cardenal Antonio Cañizares felicitó al pueblo por guardar tan bien este tesoro y, especialmente, a la comunidad jesuita. En este sentido, comentó su satisfacción porque reposen los restos mortales del Apóstol de Andalucía en un lugar tan sagrado.
Posteriormente, fueron recibidos en el Ayuntamiento de la localidad por el alcalde, Federico Cabello de Alba, y toda la corporación municipal. En esta recepción, el obispo aclaró la importancia de que la iglesia de la Encarnación haya obtenido el rango de Basílica Pontificia, una declaración con la que el papa honra a Montilla de una manera especial. Al hilo de esto, recordó que en la Diócesis sólo hay dos edificios religiosos con esa catalogación, la basílica de San Pedro y la dedicada a San Juan de Ávila. Seguidamente, el prefecto indicó que «este templo estará especialmente vinculado al papa Benedicto XVI y a sus sucesores». Tras esta visita, recorrieron a pie el camino hasta la nueva Basílica Pontificia. Allí, se congregaron numerosos fieles y sacerdotes de la Diócesis que quisieron participar en la Eucaristía de Acción de Gracias por esta concesión que honra a la Diócesis de Córdoba.
La ceremonia comenzó con las palabras del obispo de Córdoba agradeciendo la presencia del cardenal, para explicar posteriormente el significado de este título. Seguidamente, el canciller secretario general del Obispado de Córdoba, Joaquín A. Nieva, leyó el decreto por el que se le concede al antiguo templo jesuita de la Encarnación el título de Basílica Pontificia.
Acompañado por el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, y por el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, el cardenal señaló en su homilía que “el motivo de esta declaración es evidente” y recordó al Maestro Ávila como un «hombre santo que tanto amó a la Iglesia».
En otro orden de cosas, comentó que “nos encontramos ante la urgencia de una Nueva Evangelización que no admite más demora y en la que tenemos que tener presente al Patrón del Clero Secular, porque él tiene mucho que decirnos”. “El mundo necesita del Evangelio, sino no tiene futuro”, afirmó. Además, aseguró que “lo que San Juan de Ávila desarrolló en el siglo XVI es lo que ahora necesita llevarse a cabo en el mundo”.
Finalmente, el cardenal pidió que seamos hombres de oración y tengamos presente el testimonio de personas como san Juan de Ávila.
La ceremonia concluyó con el canto del himno dedicado a san Juan de Ávila, Apóstol de Andalucía.