ROMA, martes 12 junio 2012 (ZENIT.org).- Siguen los atentados terroristas contra cristianos en Nigeria. El pasado domingo, los objetivos fueron dos iglesias en Biu y Jos. El papa ha expresado su dolor y pide a las autoridades que tomen medidas.

La enésima oleada de ataques contra los cristianos en Nigeria transformó una vez más el domingo en un baño de sangre. Un coche bomba y un comando armado golpearon el domingo las iglesias de Biu y Jos, atestadas de fieles, provocando al menos cuatro muertos y varias decenas de heridos.

Los atentados han sido reivindicados por el grupo extremista Boko Haram, que desde hace dos años realiza atentados para instaurar la ley islámica en el país.

El dolor del papa por estos hechos ha sido transmitido por el portavoz vaticano, padre Federico Lombardi quien ha declarado que la Santa Sede “participa en el dolor de las familias y las comunidades golpeadas y augura que las autoridades puedan tomar las medidas adecuadas para la protección de los fieles cristianos”.

“Estamos ante un grupo de delincuentes que piensan que la Iglesia es un enemigo, porque a su modo de ver representa la cultura occidental. Pero no creo que esta es la visión de la mayoría de los musulmanes en Nigeria. Quienes están atacando los lugares de culto cristiano son una banda de delincuentes que han perdido toda forma de orientación. Nadie sabe lo que pretenden lograr con este tipo de violencia”, declaró a la agencia Fides monseñor Ignatius Ayau Kaigama, arzobispo de Jos y presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria, al comentar los atentados contra lugares de culto cristianos.

Según el presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria el que “este grupo de delincuentes haga referencia al islam no quiere decir que todos los musulmanes en Nigeria comparten sus acciones. No estoy de acuerdo con aquellos que hablan de limpieza étnica o religiosa. También hay grupos de cristianos que tienden a exagerar la situación con la ayuda de los medios de comunicación que presentan una imagen distorsionada de lo que está pasando. Algunos cristianos se quejan de no poder practicar el culto. En lo que se refiere a mi archidiócesis, puedo asegurar que en Jos hay una comunidad católica fuerte que no sufre impedimentos para celebrar libremente los encuentros de oración y llevar a cabo sus deberes religiosos. Por lo tanto, hay que ser cautelosos al informar de los hechos, ya que se puede sembrar el pánico y la confusión”, advierte Mons. Kaigama.