TIJUANA, lunes 11 junio 2012 (ZENIT.org).- Los obispos católicos del estado de Baja California, México, ha hecho público un comunicado en relación a la no aprobación por parte del Congreso del estado de una reforma hecha en el Senado de la nación que reconoce la libertad de conciencia y la liberta religiosa en la Constitución federal.

El pasado día 28 de marzo, la Cámara de Senadores de México avaló la reforma al artículo 24 constitucional donde se reconoce expresamente la libertad de conciencia y la libertad religiosa. De acuerdo al proceso legislativo, el dictamen aprobado fue remitido a los Congresos locales para su ratificación y eventual entrada en vigor una vez que fueran aprobados por la mayoría de éstos.

Junto a esta reforma, también se aprobó una modificación al artículo 40 constitucional, añadiendo el concepto laico al sistema representativo, democrático y federal. Con ambas reformas, quedaban plenamente garantizados en el país los temas fundamentales de la libertad religiosa y el Estado laico.

Habiéndose remitido el texto de la reforma al Congreso de Baja California para su discusión y eventual aprobación, el pasado 8 de mayo, esta soberanía local en forma unánime (23 votos en contra) dispuso no aprobar las reformas al artículo 24 constitucional. Sin embargo, las reformas al artículo 40 sí fueron aprobadas (16 votos a favor, 6 en contra y una abstención).

Ante estos hechos, los obispos católicos de Baja California han hecho público un comunicado dirigido a los católicos y personas de buena voluntad de este estado en el que hacen una serie de afirmaciones.

En primer lugar, se muestran desconcertados “por el dictamen y la decisión de los representantes del pueblo de Baja California en el Congreso local”. “La Iglesia Católica –añaden- ha reafirmado y enseñado el valor humano y cristiano de la sana laicidad, así como el derecho humano a la libertad de conciencia y a la libertad religiosa. Estos derechos humanos se fundan en la dignidad de la persona humana. El Estado solamente los reconoce, garantiza y protege. Nuestros representantes lo desconocen o, si lo sabían, lo han olvidado”.

Los obispos recuerdan que “la libertad religiosa es un derecho universal reconocido por tratados internacionales y a los cuales México se ha suscrito. Al no aprobarse la reforma al artículo 24, se contradice el espíritu democrático del Estado que tiene como tarea garantizar la libertad de sus ciudadanos, sin restricciones. Baja California siempre se había mostrado coherente con la legislación en esta materia”.

Por ello, lamentan profundamente “que nuestros legisladores no hayan aprobado esta reforma con la cual se garantizaba este derecho fundamental. En esa línea, esta Reforma Constitucional no implicaba ningún privilegio, ni discriminación a favor o en contra de alguna agrupación o asociación religiosa, simplemente es el reconocimiento de un derecho fundamental de todos los mexicanos”.

Los obispos en Baja California manifiestan su apoyo a los distintos organismos de la sociedad civil, que han rechazado esta negativa del Congreso local de aprobar las reformas al artículo 24 en materia de Libertad Religiosa y afirman que “al no reconocer este derecho natural, vemos un retroceso en materia de libertades. La verdadera libertad religiosa, es aquella que permite expresar en todos los ámbitos de la vida social de un país sus convicciones religiosas y éticas. Sin el reconocimiento de la libertad religiosa y de la libertad de conciencia las demás libertades quedan sin su verdadero fundamento y corren el riesgo de la deshumanización”.

Por último concluyen que “construir la sociedad desde los valores éticos no significa que tengamos el mismo credo, pero sí la certeza de que nuestra libertad sea respetada creando un ambiente donde todos, creyentes y no creyentes, podamos convivir en respeto, igualdad, fraternidad y solidaridad. Esta reforma era positiva para los ciudadanos ya que se ampliaba el marco de las libertades en beneficio de la construcción de la paz y la sana convivencia en una sociedad plural en sus ideas y creencias”.

<p>Firman el comunicado el arzobispo de Tijuana, Rafael Romo Muñoz y los obispos de Mexicali José Isidro Guerrero Macías, y de Ensenada Sigifredo Noriega Barceló