CASTEL GANDOLFO, domingo 15 julio 2012 (ZENIT.org).- A la vuelta de Frascati, donde esta mañana se trasladó en visita pastoral, a las 12 horas, Benedicto XVI se asomó al balcón del patio del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo y recitó el Ángelus junto a los fieles y a los peregrinos presentes.
El papa en su introducción al Ángelus recordó que hoy se celebra la memoria de san Buenaventura de Bagnoregio, franciscano, doctor de la Iglesia y sucesor de san Francisco de Asís en el gobierno de la Orden de los Frailes Menores.
«Francisco de Asís –recordó el papa–, después de su conversión, practicó a la letra este Evangelio, convirtiéndose en un fiel testigo de Jesús; y asociado de un modo especial al misterio de la Cruz, fue transformado en un ‘otro Cristo’, como san Buenaventura lo presenta».
Esta centralidad de Cristo, subrayó Benedicto XVI, «la encontramos en la segunda lectura en la Misa de hoy, el famoso himno de la Carta de Pablo a los Efesios, que comienza así: ‘Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo’. El Apóstol muestra cómo se ha realizado este designio de bendición, en cuatro etapas que comienzan todos con la misma expresión ‘en Él’, refiriéndose a Jesucristo. ‘En él’, el Padre nos ha elegido antes de la fundación del mundo; ‘en Él’ tenemos la redención por su sangre; ‘en Él’ nos hemos convertido en herederos, predestinados a ser ‘alabanza de su gloria’; ‘en Él’, cuantos creen en el Evangelio fueron sellados con el Espíritu Santo».
«Queridos amigos –concluyó el papa–, invoquemos a María Santísima, a quien mañana celebraremos como la Virgen del Monte Carmelo, para que nos ayude, como a san Francisco y a san Buenaventura, para responder generosamente al llamado del Señor, para proclamar su Evangelio de salvación con la palabra y sobre todo con la vida».
Se puede leer el texto completo de las palabras del papa en: http://www.zenit.org/article-42761?l=spanish.
Tras sus palabras, el papa se dirigió a los distintos grupos lingüísticos en su idioma. A los peregrinos de lengua hispana, les dijo: «Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los fieles de la parroquia del Santo Niño, de Atocha, en México, así como a los que participan en esta oración mariana a través de los medios de comunicación. En el evangelio que nos propone la liturgia en este domingo, vemos a Jesús que llama y envía a los apóstoles a predicar la conversión. En efecto, la finalidad de la Iglesia es la propagación del Reino de Dios, para hacer partícipes a todos los hombres de la redención. Animo, pues, a todos los miembros de la Iglesia, y de modo especial a los laicos, a responder con generosidad y prontitud de corazón a la voz de Cristo, para unirse más íntimamente a él y colaborar en su misión salvífica».