LIMA, domingo 22 julio 2012 (ZENIT.org).- En el «Diálogo de Fe», en la radio RPP, del sábado 21 de julio, el cardenal Juan Luis Cipriani se refirió al reciente decreto de la Santa Sede que prohibe la Pontificia Universidad Católica de Perú (PUCP) usar los apelativos de «pontificia» y «católica» por haberse negado a adaptar sus estatutos a los dispuesto por la Santa Sede. El cardenal pidió a los integrantes del centro academico: «Vuelvan por el camino de sus fundadores antes de llegar a los cien años de la universidad».
El arzobispo de Lima se refirió al decreto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede en relación a la Pontificia Universidad Católica del Perú, hecho público el último viernes 20 de julio.
“Confíen en el santo padre y vuelvan por el camino de sus fundadores antes de llegar a los cien años de la universidad», refirió.
Señaló que desde hace algún tiempo, la Secretaría de Estado de la Santa Sede ha revisado directamente el tema de la universidad, a la cual en reiteradas oportunidades se le ha solicitado adecuar sus estatutos a la legislación de la Iglesia.
“No me siento ganador (con el decreto), en absoluto. Hace tiempo la Secretaría de Estado ha hecho suyo este asunto. Y el gran canciller y ordinario del lugar pasó a un segundo lugar al no tener que ver en el tema. (…) Yo no tengo que personalizar el tema, yo no tengo que hablar ya nada. Es la universidad quien tiene que dirigirse a la Secretaría de Estado, a la Santa Sede”, señaló.
En otro momento, recordó que la legislación de la Iglesia es perfectamente compatible con la legislación peruana, en conformidad con el Acuerdo de la Santa Sede con el Estado peruano.
“Porque dicho acuerdo dice que las instituciones católicas se pueden regir conforme a su axiología (forma de pensar). No hay incompatibilidad, esto lo está diciendo claramente el documento (decreto) de la Santa Sede”.
Finalmente, lamentó que en los últimos tiempos haya un ataque hacia la investidura del cardenal y gran canciller de la universidad.
“Con dolor digo que ha sido una estrategia de comunicación de la universidad el convertir este tema en un asunto de ataque a una persona, queriendo inclusive a veces dividir a la Conferencia Episcopal, y en otras ocasiones, diciendo cosas que no son correctas. Yo no sé quién y cómo se toman estas decisiones pero ha sido muy penoso que en los últimos siete años, cualquier cosa que yo comente va a ser distorsionada y motivo de una crítica feroz”, señaló.
“Aquí no hay ganadores ni perdedores. Para todo diálogo y tratamiento de las cosas se tiene que tener encima de la mesa la verdad”, culminó.