Por Nieves San Martín
MADRID, Lunes 30 julio 2012 (ZENIT.org).- Este sábado 28 de julio la Institución Teresiana celebró la fiesta de su fundador san Pedro Poveda en el marco de su XVII Asamblea General. En un mensaje a la Institución, el santo padre Benedicto XVI invita a “afrontar los retos del mundo actual” como san Pedro Poveda. En otro mensaje, el cardenal Rylko afirma que san Pedro Poveda “supo responder a los desafíos de su tiempo con un gran compromiso y radicalidad”. La celebración fue presidida por el cardenal Lluis Martínez Sistach.
“La fe cristiana no se puede esconder, ha de estar presente en la convivencia social. San Pedro Poveda da ejemplo de la fortaleza y de la valentía en la confesión de la fe, cuando entregó su vida cruentamente, mártir de la fe, aquel 28 de julio de 1936, en Madrid, confesando a quienes le conducían: Soy sacerdote de Jesucristo”, expresó el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, en la eucaristía concelebrada con varios sacerdotes y una numerosa presencia internacional en la festividad de san Pedro Poveda, este sábado 28 de julio, en Los Negrales.
La celebración tuvo lugar en la Casa de Santa María de Los Negrales donde se veneran los restos de san Pedro Poveda, con el particular marco de la XVII Asamblea General de la Institución Teresiana inaugurada el pasado día 25, y que cuenta con noventa representantes de los diferentes países en los que está presente dicha Institución.
El cardenal Lluís Martínez Sistach dijo que “es muy importante la intuición inspirada por el Espíritu del Señor, que tuvo san Pedro Poveda del papel relevante de los laicos cristianos en el mundo, anticipándose a los contenidos eclesiológicos del Concilio Vaticano II”. Así como destacó “la audacia de san Pedro Poveda en el anuncio del Evangelio y la fortaleza en la confesión de la fe. Ambos aspectos –afirmó–, son de una actualidad diáfana e incontrovertible. Hoy es también, y si cabe más, urgente el anuncio del Evangelio. La Iglesia vive el reto de la primera evangelización –Ad Gentes– y de la nueva evangelización en países como los nuestros de mucha secularización y descristianización”.
Rumbo al segundo centenario
En la monición de entrada, Loreto Ballester, directora general, dijo que “la Institución Teresiana se dispone a iniciar el segundo centenario, cuando con la Iglesia, a los cincuenta años del Concilio Vaticano II, convoca el Sínodo de la Nueva Evangelización, por los que deseamos que esta celebración de la eucaristía sea, al tiempo que acción de gracias, compromiso que empeñe nuestras vidas».
Y agradeció la bendición del santo padre Benedicto XVI enviada con ocasión de la XVII Asamblea General, en la que exhorta “siguiendo las huellas y el ejemplo de san Pedro Poveda a continuar identificándose cada día con Jesucristo, a acoger con corazón humilde y solícita docilidad su Palabra, anunciándola con renovado ardor, afrontando también desde la fe, y en estrecha comunión con los pastores de la Iglesia, los retos del mundo actual”.
La directora general invitó a que se destinara la colecta de la celebración para contribuir a sostener el proyecto Chinautla de Guatemala, de trabajo con niños y jóvenes en áreas de alto riego juvenil.
La eucaristía, solemne al tiempo que rica en signos, contó con la participación de un numeroso grupo internacional, además de las familias, amigos, antiguas y antiguos alumnos, miembros de las asociaciones y del movimiento de jóvenes de la Iinstiución Teresiana que se hicieron presentes. Posteriormente se ofreció un vino español en los jardines de la Casa.
En un mensaje a la Asamblea, el cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, afirma: “…la Asamblea se celebra en Los Negrales donde se venera e cuerpo de san Pedro Poveda. Siempre me he sentido atraído por la figura de esta sacerdote y mártir, que supo responder a los desafíos de su tiempo con un gran compromiso y radicalidad, viviendo la fe hasta las últimas consecuencias. Esta cercanía les ayudará también a vivir la fidelidad que hunde las raíces en el carisma y lo hace fecundo en nuestro tempo”.
“Me impresiona –añade el cardenal Rylko- pensar en los mártires que derramando su sangre dan testimonio de una fe firme e inquebrantable. Ellos, con el don de su vida, han sabido ofrecer al mundo razones para vivir y para esperar (cfr GS31). Este don siempre es fecundo, y así lo deseo para la Institución teresiana. En estos cien años quienes forman parte de modos diversos de la Institución Teresiana han ayudado a muchos jóvenes a descubrir a Cristo, a muchos educadores a descubrir su vocación, a muchas personas a descubrir la grandeza de ser cristianos. Hoy el mundo necesita maestros que sean testigos, y así lo podemos reconocer en personas como la venerable sierva de Dios Josefa Segovia, la beata Victoria Díez y la sierva de Dios Elisa Giambelluca [miembros de la Institución Teresiana ndr], cuyas vidas agradecemos a Dios”.
“La audacia de san Pedro Poveda –-concluye el mensaje–, es fuente de un gran dinamismo apostólico. Con él les deseo a ustedes capacidad para escuchar con hondura las necesidades de este tiempo, para comprometerse y suscitar respuestas generosas en servicio al Evangelio, y pasión para vivir y comunicar la aventura de la santidad”.