MADRID, miércoles 11 julio 2012 (ZENIT.org).- “España no abandonará a Sudán del Sur y facilitará su entrada en la comunidad internacional". Con estas palabras cerraba su intervención José Manuel Albares Bueno, subdirector de la Dirección General para África, del Ministerio de Asuntos Exteriores en el acto que se celebró ayer en la Universidad Pontificia de Comillas con motivo del primer aniversario del nacimiento de la República de Sudán del Sur (julio de 2011) en el marco de la Campaña “África cuestión de vida, cuestión debida”, de REDES.
La Red de Entidades para el Desarrollo Solidario (REDES), presentó el estudio “Sudán del Sur: Pasado, Presente y Futuro. Retos de la Cooperación al Desarrollo”, que recoge aspectos claves de la cooperación internacional y española para el desarrollo del recién creado país. Sudán del Sur es el 54 país africano y nació en un contexto marcado por complejas claves históricas, políticas, culturales y económicas.
El subdirector quiso transmitir el apoyo total del gobierno español al nuevo país, en su compromiso de facilitar el diálogo con su vecino Sudán del Norte, con el que continua en conflicto especialmente por el reparto del petróleo y con el que necesita lograr un acuerdo de colaboración. Además repitió que el gobierno llevará la voz de Sudán del Sur a los foros internacionales y que ya existe un cauce de relaciones. Albares reiteró la importancia de apostar por este país, que según él “merece la pena tener como prioritario para la Cooperación Española, o por lo menos centrar su atención precisamente por sus tremendas necesidades y su complicada situación”.
Tras un año de independencia Albares señaló que la situación del país no ha variado, “se ha establecido un marco político y legal muy importante, especialmente para su identidad, pero Sudán del Sur sigue teniendo tres grandes desafíos: la pobreza, la inestabilidad, y la debilidad institucional del nuevo gobierno".
En este sentido la representante de la AECID, Ana Jar, volvió a expresar las dificultades económicas que atraviesa España, visibles en los recortes en el presupuesto de Cooperación, que por supuesto afectarán a países como Sudán del Sur. El nuevo país hasta la fecha no ha sido incluido como país prioritario de la Agencia. Jar explicó que a pesar de las previsiones de la AECID y la ilusión por encauzar proyectos y programas de desarrollo en Sudán del Sur, por ahora, no podrán contar con una estrategia país y la ayuda se limitará a la Ayuda Humanitaria con presencia también en el Norte, en Darfur. Juba no contará con una oficina técnica de la AECID, y seguirá canalizando su ayuda como hasta ahora. Pidió comprensión y explicó que esta decisión se basa en la propia debilidad del nuevo país y la incapacidad de la AECID de trabajar con un gobierno tan reciente. Insistió en que las ONGD deben ser más comprensivas con las medidas de la Agencia en referencia a los recortes y a la salida de muchos países y la opción de concentrarse donde pueden actuar con mayor eficacia.
Ana Jar respondía así a muchas de las recomendaciones que recoge el Estudio presentado ayer por Jesús García-Luengos, coordinador de RESET Centro de Investigación sobre Seguridad y Gobernanza Transnacional y autor del mismo.
Entre las principales claves del informe destacan precisamente la necesidad de aumentar la Ayuda Oficial al Desarrollo destinada a educación, salud y agua; ya que en líneas generales la AOD internacional se ha orientado a la ayuda humanitaria, infraestructuras y sector de seguridad. Los volúmenes totales de AOD destinada a servicios sociales básicos, imprescindibles para Sudán del Sur, no están en consonancia con las necesidades del país”. Sobre las dificultades reseñadas por las ONGD presentes en el terreno destacan: encontrar personal local; la precariedad absoluta en materia de redes de comunicación y transporte; las dificultades para aplicar en la práctica un enfoque de género consistente; el gran reto de la viabilidad de los proyectos; y problemas diversos a nivel de gestión operativa. Por último, tuvo muy presente a todas las organizaciones que están en el terreno apoyando al pueblo sur sudanés desde hace décadas, con especial atención al papel clave que juegan las organizaciones de iglesia que no han sido consideradas como agentes de cooperación.
Por último, la voz de Sudán del Sur, estuvo representada por un sur-sudanés el hermano Joseph Alak, integrante del equipo de Solidarity with Southern Soudan (SSS), un proyecto apoyado en España por REDES y la AECID, que tiene como objetivo la formación de docentes y profesionales de la salud. Joseph es formador de maestros en la región de Yambio y en Agok, en la región fronteriza de Abyei. En su ponencia detalló las carencias y debilidades que sigue teniendo el país, con el 54% de la población bajo el umbral de la pobreza; la inseguridad e inestabilidad tras tantos años de conflicto; la falta de profesionales locales que han ido a otros países; la debilidad del nuevo gobierno que a día de hoy sigue sin tener una estructura sólida institucional, con altos índices de corrupción. ¿Una armadura? y un sistema que tiene que ir desarrollándose con tiempo y esfuerzo; Joseph es muy consciente de la lucha que queda por delante, y asegura que así lo sienten la mayoría de los sur sudaneses “no somos dioses que podemos arreglar todo, pero entre todos y con las riquezas de nuestros país lo lograremos”. Ningún país se ha construido en un año y menos sin apoyo internacional; por eso agradece la ayuda que reciben en su caso a través del proyecto SSS; y ve clave encontrar aliados a largo plazo como sus vecinos Kenia, Etiopía o Uganda para no tener que depender de Sudán del Norte con el que realmente es muy difícil llegar a un acuerdo. No quiso olvidar los conflictos que siguen latentes en la zona fronteriza, donde se encuentra el petróleo; y mostró su apoyo a estos pueblos que son sur sudaneses y han luchado junto a ellos para lograr la Independencia. Una vez mostró su convicción en que hay trabajar en asegurar los servicios sociales básicos; pero también en crear identidad; valorando la riquezas de un pueblo diverso y rico en muchas aspectos.
REDES está conformada por 52 organizaciones dedicadas a la Cooperación al Desarrollo, mayoritariamente ligadas a instituciones religiosas y otras organizaciones de inspiración cristiana, que trabajan en procesos de desarrollo en 36 de los 48 países del África subsahariana desde hace más de 25 años.
La Campaña que también cuenta con otras entidades adheridas, tiene como objetivo sensibilizar sobre la realidad del continente africano desde una mirada nueva y positiva, para lograr un mayor compromiso e impulsar así la consecución de los Objetivos del Milenio.