ROMA, jueves 13 diciembre 2012 (ZENIT.org).- Esta tarde, en la Embajada de España cerca de la Santa Sede en Roma se proclamará públicamente el fallo del XXXII Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo.
La obra ganadora ha sido «Entre los pucheros», de la poetisa ecuatoriana Yhamile Bettsy Narváez Cárdenas, de Tulcan, Ecuador, a juicio del Jurado el libro que mejor ha reflejado el espíritu del Premio entre las 266 obras presentadas de 25 países.
El evento ha contado con el patrocinio del Pontificio Consejo de la Cultura, cuyo presidente, el cardenal Gianfranco Ravasi, en su carta de adhesión destaca “la importancia cultural que la poesía mística ha tenido como expresión del deseo y de la presencia de Dios en el hombre”, informa hoy el Gabinete de Prensa de la Fundación Fernando Rielo, Roma.
El acto será presidido por el cardenal Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
El jurado ha estado compuesto por: el presidente de la Fundación Fernando Rielo, padre Jesús Fernández Hernández, presidente; Arnaldo Colasanti, poeta y crítico literario; Manuel José Ramos Ortega, novelista, crítico literario, ensayista y académico de número de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras de Cádiz; David G. Murray, traductor, crítico literario y especialista en filología inglesa; y por José María López Sevillano, crítico literario y secretario permanente del premio.
De la obra galardonada, el Jurado ha destacado: El poemario es un himno de alabanza al Creador, sincero, delicado, transparente, a golpes de sencillez y de ternura. Posa su contemplación en gestos, palabras, actitudes, detalles cotidianos de la vida familiar, del trabajo… donde la presencia divina se sacramenta “para divinizar lo más sencillo de la vida”; en todo está la presencia de Dios, con quien dialoga afectuosa y confiadamente haciendo de la rutina cotidiana una vida refrescante y sugestiva, descubriéndonos detalles de místico sentir que no alcanza a ver el ojo normal. Hay enorme sencillez, tanto en la expresión como en la forma de palpar la presencia divina dando como resultado una poesía de esperanza, de luz y de esplendor, esbozando siempre aquella “sonrisa que nos da razones de seguir” y, sobre todo, “razones de amar”. A decir del Jurado, Yhamile Narváez, su autora, escribe poesía mística.
En virtud de la calidad de las obras, el Jurado ha otorgado por unanimidad la mención de honor a dos obras finalistas: «Concédeme silencio», del poeta español José Ganivet Zarcos, por la gran belleza de su poesía en su expresión religiosa, e «In the Image», del poeta estadounidense Joe Bisicchia, por el hondo significado religioso y existencial que manifiesta su poemario.
Del discurso que va a pronunciar para clausurar el acto el presidente de la Fundación, padre Jesús Fernández Hernández podemos destacar: “La poesía mística sabe a buen vino. Cristo, en las bodas de Caná, convierte el agua en poesía para disfrute de los novios, de los familiares e invitados. Es la hora del “consuelo redentor”: demasiadas tristezas y sufrimientos da ya la vida en sí misma. El peor de los males: un corazón egoísta del cual procede la degradación y la malicia. La poesía mística es liberadora porque es portadora de paz, y bálsamo que alivia y transforma el corazón. Por eso, debe incluir los valores universales de la poesía de todos los tiempos, e integrar todos los géneros –lírico, épico, dramático–, todas las formas, todos los logros estéticos y todas las claves métricas. Nada hay de bello, de bueno y de verdadero que no se atraiga hacia sí la poesía mística. Su esencia es potenciar, incluir y dialogar; en ningún caso, la auténtica poesía se instalará en la reducción, la exclusión y el monólogo».
«Si queremos saber cuál es la mejor poesía posible, debemos acudir a la poesía que destila un corazón generoso, porque sólo el amor es capaz de crear y recrear cosas siempre nuevas; sólo el amor oxigena el aire que respira un espíritu que se siente asfixiado en una sociedad contaminada; sólo el amor es capaz de profetizar el destino en diálogo con una humanidad sedienta sacándola de su propensión autista; sólo el amor es capaz de dar la vida al servicio de la deidad humana; sólo el amor sabe captar la ambrosía de las cosas sencillas, de los hechos insignificantes, de lo humilde y olvidado.”
El acto concluirá con un Concierto de Violín en el que se interpretarán la Sonata n°5 en Mi Menor de Jean Marie Leclair y el Duo n°2 en Re Mayor de Luigi Boccherini, interpretados por Marco Fiorini y Biancamaria Rapaccini.
Hace 32 años, Fernando Rielo, con la creación del Premio Mundial de Poesía Mística, caminaba a contracorriente en el desierto espiritual de la sociedad de los años 80. En nuestros días, este premio se inserta en el marco de la Nueva Evangelización promovida por el Atrio de los Gentiles del Pontificio Consejo de la Cultura, como espacio de expresión creativa de la experiencia espiritual de los creyentes y de todos aquellos hombres y mujeres de buena voluntad que al menos admiten a Dios como hipótesis.