La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) celebra del 7 al 11 de enero, la XCIX Asamblea Plenaria Ordinaria con una agenda de trabajo intensa. Pero también con un ojo atento sobre la eventual inasistencia del presidente Hugo Chávez a su toma de posesión como presidente reelecto previsto para el 10 de los corrientes, debido a la enfermedad que lo mantiene postrado en Cuba desde el pasado 11 de diciembre.
Durante la inauguración de la asamblea convocada por la directiva de la CEV, entre quienes se encuentran los prelados Diego Padrón, arzobispo de Cumaná y presidente; Luis Azuaje, obispo de El Vigía y primer vicepresidente; Mario Moronta, obispo de San Cristóbal y segundo vicepresidente; y Jesús González de Zárate, Obispo Auxiliar de Caracas y secretario general, se mencionó que ante el panorama nacional, no se descarta que además de la salud del Jefe de Estado, también los obispos analicen la petición de libertad para los presos políticos como parte de la reconciliación nacional.
Inestabilidad política
“No hay nada claro en la estructura del gobierno nacional. Todo está paralizado; no se sabe nada de los proyectos. La posible inasistencia del presidente Hugo Chávez a su toma de posesión prevista para el 10 de enero, ha generado todo este panorama. En este contexto la Iglesia tiene el deber cristiano y moral de jugar un papel de mediador”, alertaron ante la opinión pública en la nota de convocatoria.
«Está en grave riesgo la estabilidad política y social de la nación, este es un momento difícil e incierto con rasgos que dibuja una compleja situación que pudieran conducir al país a una encrucijada peligrosa», indicó el presidente de la CEV, Diego Padrón, arzobispo de Cumaná, ante los medios de comunicación que llegaron a la cita.
Además, el arzobispo Padrón indicó que la Iglesia rechaza «categóricamente todo posible intento de manipulación de la Constitución en favor de intereses de una parcialidad política y en detrimento de la democracia y de la unidad del país». Subrayó, no obstante, que «esta claro en la letra y espíritu de la Constitución» que el 10 de enero expira el actual mandato y comienza uno nuevo; «no habría tenido ningún sentido la jornada electoral del 7 de octubre si no hubiera estado en función de un periodo distinto de gobierno», añadió.
«No es propósito de esta asamblea intervenir públicamente en la interpretación de la Constitución, pero en este caso está en juego el bien común del país y la defensa de la ética; alterar la constitución para alcanzar un objetivo político es moralmente inaceptable», afirmó.
Un pueblo que reza
Por otra parte, celebró que durante la enfermedad del presidente se haya puesto de relieve «el sentimiento religioso y la actitud cristiana» de los venezolanos. «Ha sido hermoso ver como los partidarios y los adversarios del presidente han coincidido en presentar oraciones y ofrendas a Dios por su pronta recuperación y regreso a fin de juramentar, como lo que más conviene al país», señaló.
«Asumir la actitud contraria sería no solamente una actitud anticristiana si no incluso inhumana y antivenezolana», agregó.
Temas pastorales
Algunos de los temas pastorales a tratar por los obispos en su reunión anual tendrán que ver con la acción evangelizadora de la Iglesia en el país. “Es importante la convocatoria del Año de la Fe hecho por el papa Benedicto XVI, la celebración de los 50 años del Concilio Vaticano II que renovó la Iglesia a escala mundial, la participación de Venezuela en Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro y la causa de beatificación del doctor José Gregorio Hernández, entre otras», dijeron los voceros.
Resaltaron que “para la feligresía y los laicos que integran los movimientos de apostolado, es importante conocer las implicaciones del Año de la fe y su aplicación en cada diócesis o parroquia. También los proyectos sociales que la Iglesia desarrolla junto a instituciones públicas y privadas, porque nuestra inserción entre los más pobres se debe fortalecer mucho más”.
El primer día de la XCIX Asamblea Plenaria Ordinaria, los obispos venezolanos recibieron la visita del nuncio apostólico, monseñor Pietro Parolin.
*Con informaciones de EFE y del diario El Carabobeño