Córdoba celebra ya al nuevo beato Cristóbal de Santa Catalina

Cinco mil personas asistieron a la ceremonia de beatificación en la catedral

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Más de cinco mil personas abarrotaron las naves de la catedral de Córdoba, España. Por primera vez en la historia, la ciudad andaluza acoge una ceremonia de beatificación, la del padre Cristóbal de Santa Catalina.

A las 11 de la mañana dio comienzo el solemne pontifical de beatificación del padre Cristóbal de Santa Catalina, un emeritense llegado a Córdoba en busca de una vida entregada a la oración, y que acabó siendo un hombre de santidad para todos, al servicio siempre de los desvalidos y los más necesitados.

En agradecimiento a su labor, la diócesis de Córdoba ha acogido esta celebración que ha reunido a más de cinco mil personas, y que, en representación del papa Francisco, ha estado presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

En el presbiterio catedralicio, la imagen de Jesús Nazareno junto a las reliquias del nuevo beato presidieron la ceremonia, en la que concelebraron una decena de obispos y más de un centenar de sacerdotes.

La Santa Misa comenzó con la intervención del cardenal Amato y acto seguido, tuvo lugar el rito de la beatificación, en el que el obispo de Córdoba acompañado por el padre Evaristo Martínez de Alegría, postulador romano del milagro, y la hermana Leonor Copado, madre general de las Hospitalarias de Jesús Nazareno, pidió al santo padre la inscripción en el número de los beatos al siervo de Dios padre Cristóbal de Santa Catalina. Por su parte, el cardenal leyó la carta apostólica en la que el papa declara al padre Cristóbal beato. Momento en el que los fieles se han fundido en un fuerte aplauso. Después, tuvo lugar la bendición de las reliquias del nuevo beato.

En la homilía, en cardenal Amato ha comenzado recordando que “hoy la Congregación de Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno y los fieles de Córdoba están de fiesta por la beatificación de un hombre cuya santidad ha sido vivida en esta ciudad”.

Tras recorrer datos biográficos y los aspectos más destacados de su vida, el cardenal destacó los “rayos” de su corona de santidad, definiendo al nuevo beato como un hombre “de grande fe” y de profunda caridad porque “la vida del padre Cristóbal está concentrada en aliviar la pobreza e implorar a la divina Providencia”. Por eso, reiteró que “la primera gran lección de nuestro beato es su profundo espíritu de fe”. En este sentido, recordó también que “es verdaderamente un santo para nuestro tiempo”. Y concluyó pidiendo su intercesión en las Hermanas Franciscanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, presentes en Córdoba y en muchas ciudades, para que les guíe, les fortifique y haga florecer la Congregación con santas y numerosas vocaciones”.

Por su parte, el obispo de Córdoba agradeció al Papa Francisco el haber proclamado beato al padre Cristóbal, así como al pueblo de Córdoba por el apoyo recibido y el cariño que profesan a este “hombre de santidad”.

Procesión “Nazarena”

Después de la celebración, pasadas las dos de la tarde, comenzó la procesión de “Jesús Nazareno” precedida por las reliquias del padre Cristóbal hacia su sede. Mientras tanto, en el Patio de los Naranjos, en medio de una densa nube de incienso, cientos de fieles aguardaban esta salida procesional en la que no sólo participaron las autoridades civiles, sino que hubo una numerosa participación de las cofradías del Nazareno procedentes de diversos puntos de la diócesis.

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ZENIT Staff

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