Con motivo de la celebración del Año de la Fe y dentro del tiempo de Pascua, en la tarde del domingo un grupo de adultos recibió los sacramentos de la iniciación cristiana del obispo de la Diócesis de Cartagena José Manuel Lorca Planes.
La celebración se realizó en la catedral y en ella siete adultos recibieron los sacramentos del bautismo, confirmación y comunión, entre ellos una madre de familia con un hijo mayor y dos hijos pequeños que recibieron el bautismo. Cuatro adultos fueron confirmados y una mujer, procedente de otra confesión cristiana, recibió la Admisión Plena en la Iglesia Católica.
El Ritual de la Iniciación Cristiana se destina a los adultos que, al oír el anuncio del misterio de Cristo y bajo la acción del Espíritu Santo, buscan a Dios y emprenden el camino de la fe y de la conversión, poniéndose para ello en manos de la Iglesia.
El bautismo es el sacramento por el cual los hombres y mujeres, hijos de Dios por ser criaturas suyas, alcanzan en plenitud la filiación divina, quedando incorporados a la Iglesia y unidos fraternalmente a los demás cristianos.
Monseñor Lorca Planes explicó que el bautismo conmemora y actualiza el misterio pascual: «Estáis preparados para recibir la gracia más grande, el perdón de todos vuestros pecados para incorporaros así al cuerpo de Cristo como miembros de pleno derecho. Ahora estáis obligados a difundir y defender la fe como testigos de Cristo, con palabras y vuestro ejemplo. No tengáis miedo, os sentís queridos, reconocidos y felices, por eso tendréis la necesidad de decirlo al mundo entero», aseguró el obispo.
Los sacramentos de la iniciación cristiana que, en el caso de los niños, se administran de una manera progresiva, a los adultos la Iglesia Católica los administra en una sola celebración. Enlazar los sacramentos significa la unidad del misterio pascual y el vínculo entre la misión del Hijo y la efusión del Espíritu Santo. Por esa razón, a continuación del bautismo, el pastor diocesano administró a los adultos el sacramento de la confirmación, de la que comentó que es «la plenitud de la gracia bautismal para unirse más íntimamente a la Iglesia. Recibir la efusión del Espíritu tal y como Jesús lo dio a sus discípulos el día de Pentecostés», para así «poder confesar la única gloria, Cristo Crucificado».
Finalmente, los catecúmenos, por primera vez y con pleno derecho, participaron en la Eucaristía recibiendo la comunión, consumando así su iniciación cristiana. «El llamado se compromete a ser testigo de Dios pero debe alimentar su vida espiritualmente porque no somos del mundo, somos de Dios», explicó monseñor Lorca Planes, quien además aseguró que «quien comparte la Eucaristía quiere ser como Jesús, ser pan partido y vivir la caridad».
Los tres sacramentos de la iniciación cristiana se ordenan entre sí para llevar a su pleno desarrollo a los fieles, que ejercen la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo, por eso el obispo de la Diócesis de Cartagena invitó a los nuevos hijos de la Iglesia a proclamar la fe, porque «es el acto más hermoso de libertad», y además les encomendó a la Virgen de la Fuensanta, «que os dé fortaleza para que no decaiga vuestra fe».