El movimiento de la Renovación Carismática Católica (RCC) italiana se reúne desde esta tarde y hasta el domingo a mediodía en Rímini para la 36ª Asamblea Nacional. Bajo el lema «Acojamos la Palabra con la alegría del Espíritu Santo», miles de personas venidas de toda Italia celebrarán estos cuatro de oración y alabanza.
«El papa Francisco ha acogido con alegría que también este año tendrá lugar en Rímini la Asamblea de Renovación Carismática Católica», se lee en el mensaje firmado por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado vaticano, dirigido al presidente de la RCC italiana, Salvatore Martínez. Dando gracias por la invitación que no ha sido posible acoger, el santo padre subraya «un momento particularmente importante de la Asamblea», la «Fiesta de la Misericordia», y asegura que «se une espiritualmente a la celebración de la Misericordia de Dios, que el Señor resucitado infundirá en abundancia en vuestros corazones donando su Espíritu para la remisión de los pecados, y al mismo tiempo, su paz (cfr. Jn20, 19-23)».
A los miles de participantes en la Asamblea de la RCC se ha dirigido hoy también un mensaje del secretario de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), monseñor Mariano Crociata, que ha definido el encuentro como «una iniciativa que resalta la importancia del Verbo que brota haciendo concreta la experiencia de Dios en la vida misma». Se observa un gran aprecio por parte de monseñor Crociata por las iniciativas que serán presentadas en esta sede, en particular por el Plan Nacional para la Nueva Evangelización, a la que se ha referido diciendo que «la historia misma de la Iglesia, y de las tantas voces que la componen, nos demuestra, de hecho, que no existen lugares donde el Evangelio no pueda ser anunciado y testificado para convertirse así en principio de un nuevo compartir».
«Es cierto que tal fermento, propio del perfil identificativo de la Renovación Carismática Católica, sabrá dar frutos de bien y de discernimiento», afirma monseñor Crociata asegurando el recuerdo en la oración también en nombre del cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la CEI.
También han dirigido sus felicitaciones hasta Rímini el cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos: «Que la nueva Asamblea sea (…) en ocasión del renovado encuentro con Cristo, escucha de la Palabra y compromiso a vivirla en las condiciones cotidianas de la vida, para realizar así –antes que todo- la nueva evangelización tan necesaria para el hombre de hoy».