Un pabellón repleto de carismáticos ha recibido esta mañana al Padre Raniero Cantalamesa, predicador de la Casa Pontificia para escuchar su enseñanza sobre «En el año de la fe gritamos: ‘Creo en el Espíritu Santo que es Señor y da la vida», en el encuentro nacional que comenzó el jueves y finalizará mañana en Rímini. Como ha recordado Salvatore Martínez, presidente de la Renovación Carismática Católica en Italia, la presencia del predicador de Casa Pontificia, ha sido constante desde el primer encuentro que tuvo lugar en 1978.
Una análisis profundo de este fragmento del Credo Niceno Constantinopolitano, ha sido una enseñanza a través de la cual «pasar de la ‘realidad’ a la ‘fórmula’, es decir un modo de dar contenido a lo que profesamos como cristianos en el Credo, para dar una forma a nuestra experiencia del Espíritu Santo de forma que la fe carismática sea una expresión fuerte, vibrante, alegría de la fe dogmática de la Iglesia católica». Con esa sonrisa que le caracteriza ha dicho «si me seguís con atención podéis iros de aquí con un ‘diploma en teología'».
En primer lugar ha hecho un repaso por la historia del nacimiento del artículo de fe sobre el Espíritu Santo, después ha resaltado las tres afirmaciones fundamentales. A continuación ha profundizado en el misterio de la Trinidad matizando que «si Dios es amor, entonces debe ser por fuerza Trinidad porque el amor no puede existir si no entre dos personas, el que ama y el que es amado, y el amor que les une» y ha añadido que en la Trinidad, el Espíritu Santo es el que crea la unidad entre el Padre y el Hijo, señalando que Pentecostés es un ejemplo de los dones y las gracias que surgen de esta unión trinitaria.
Ha dedicado también unas palabras para el papa Francisco recordando su humildad y ha dado las gracias a Benedicto XVI por el precioso trabajo desarrollado en el curso de su pontificado.
Al finalizar la enseñanza de Cantalamessa, Salvatore Martínez ha añadido que «no basta sólo la experiencia, es necesario también el conocimiento del Espíritu».