India: violencia contra los cristianos en Orissa

Una joven religiosa ha sido secuestrada y violada por un grupo de hombres durante una semana. El cardenal de Bombay: «Un acto diabólico»

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«La violencia golpea todavía a los cristianos en Orissa. A menudo los responsables son grupos fundamentalistas hindús que no ven con buenos ojos a los cristianos. Como Iglesia estamos insistiendo con el gobierno para que garantice la seguridad y la protección de los ciudadanos de fe cristiana». Con estas palabras, monseñor Thomas Thiruthalil, C. M., obispo de Balasrore y presidente de la conferencia episcopal de Orissa, comenta a la Agencia Fides los dos últimos episodios que confirman el sufrimiento de las comunidades cristianas en Orissa: la muerte de un pastor cristiano protestante y la violación de una joven religiosa.

Puntualizando que se esperan las investigaciones para tener una mayor certeza sobre los autores y modalidades de las violencias, el obispo dice: «la violencia es siempre condenable. Los cristianos son víctimas en cuanto que a menudo son acusados de querer convertir a la población. El hecho es que nuestros fieles son vulnerables e indefensos. El gobierno debería garantizar el respeto de las leyes. Este es nuestro primer punto de acción. En segundo lugar, como Iglesia tenemos un diálogo con todos los componentes de la sociedad y de forma especial con los hindúes, para hacer comprender que los cristianos queremos solamente paz y armonía».

Una monja de 28 años, de las franciscanas misioneras de san José, originaria del distrito de Kandhamal, fue secuestrada y violada por más de un hombre durante una semana, entre el 5 y el 11 de julio. El suceso tuvo lugar en el área de Bamunigam, a 250 kilómetros al sur de Bhubaneswar. La religiosa, que realizaba los estudios universitarios en Chennai, en Tamil Nadu, había vuelto a Orissa al conocer la noticia de que su madre estaba gravemente enferma. Sin embargo, en el viaje la tomaron a la fuerza algunos primos y amigos que después la violaron.

Según las primeras investigaciones, el motivo podría ser una venganza interna en la familia porque el padre de los primos de la monja había sido asesinado el año pasado por algunos insurgentes (quizá maoístas) y sospechaban de la implicación de algunos parientes. El obispo de Cuttack-Bhubaneswar ha condenado la «violencia atroz» y en un mensaje a Fides ha pedido justicia.

También el cardenal arzobispo de Bombay, Oswald Gracias, se ha manifestado duramente contra lo sucedido, declarando a AsiaNews: «Condeno con fuerza la violación múltiple realizada contra esta joven religiosa. Esta violencia es terrorismo físico y emotivo contra nuestras mujeres y contra la humanidad, uno de los peores crímenes posibles».

En las declaraciones publicadas por la agencia, el purpurado – actualmente presidente tanto de la Conference of Catholic Bishops of India como de la Catholic Bishops Conference of India – añade que «esta violación sobre una joven religiosa es un acto diabólico, porque esta mujer ha consagrado su propia vida a Dios. La violación es un crimen horrible y una transgresión abominable contra el honor de las mujeres. Refleja la condición abismal de las mujeres en nuestra sociedad, en nuestras comunidades y en nuestras naciones».

Según Gracias, además, no se trata «de un acto bárbaro casual, sino de una venganza planificada y esto acrecienta la gravedad de este crimen despreciable». La denuncia del cardenal va sobre todo a la lentitud del sistema judicial y al clima de impunidad: «La apatía de las agencias gubernamentales se desarma – afirma – hay una grave violación del orden público en Kandhamal» y es «innegable que el aumento de los casos de violaciones se esté convirtiendo en un grave problema social».

Pero las violencias no acaban aquí: otro episodio ha desatado escepticismo y sospechas. Se trata de la muerte de un pastor protestante, médico y misionero de la “Blessing Youth Mission”, el doctor Jaishankar, 45 años, cuyo cuerpo fue encontrado el 14 de julio en un río cerca de Jeypore, en Orissa. El médico había desaparecido el 11 de julio, mientras estaba iba de viaje de Jeypore a Lamtaput. Según las primeras reconstrucciones, el ciclomotor en el que viajaba podría haber sido cubierto por una inundación, mientras atravesaba el puente del río. Pero es necesario recordar que el área está repleta de rebeldes naxalistas y la policía no excluye que puedan haber sido ellos los responsables de la muerte, considerando algunos signos presentes en el cadáver. El pastor vivía en Bhopal junto a su familia, su mujer Florence y dos hijos de 15 y 7 años.

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ZENIT Staff

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