Tras el gran éxito obtenido en Italia, donde en 2011 fue el "acontecimiento literario" del año en el sector no ficción, Cásate y sé sumisa ha sido publicado también es España. La traducción al español de la primera obra de Constanza Miriano ha llegado en pocas semanas al octavo puesto en la clasificación de los libros vendidos en Amazon.

Todo ello ha llegado con la protestas con diversos grupos de la población, mientras que en el Parlamento de Madrid, el PP, el PSOE e IU han anunciado medidas  para la retirada del comercio de Cásate y sé sumisa.

A través de una conversación telefónica con ZENIT, Constanza Miriano ha explicado las líneas generales de la historia, reiterando al mismo tiempo la propia determinación en el apoyo a las ideas propias sobre la mujer y la familia.

¿Por qué la publicación de su libro en España está suscitando tantos estragos?

--Costanza Miriano: El otro día me desperté por la llamada de una colega que me hacía una pregunta "fácil, fácil": "¿me explica la sumisión en un minuto y 45 segundos?" Y yo: "Mira, he necesitado un libro entero para explicarlo, no puedo hacerlo en un minuto y 45 segundos antes del café...". Después, a la octava o novena llamada, pregunté: "Perdone, ¿por qué todos me están llamando? ¿Qué está sucediendo?" Realmente no me lo esperaba... Sposati e sii sottomessa se publicó en Italia en el 2011 y suscitó curiosidad, también alguna crítica negativa, pero no escándalo como en España, donde tres partidos han pedido que se retire del mercado. En este momento se está realizando un reunión en Granada para decidir si poner una denuncia a la fiscalía.

¿Cuáles son los argumentos usados contra tu obra?

--Costanza Miriano: La acusación que se me hace es que mi libro sería una apología de la violencia sobre las mujeres. Un hecho a subrayar es que ha sido publicado por la editorial de la diócesis de Granada, cuyo arzobispo Javier Martínez, ha hecho declaraciones sobre el aborto, definido por él como la "masiva violencia sobre el cuerpo de las mujeres"; muchas mujeres se han sentido ofendidas por esto, porque esta afirmación reduciría la violencia realizada contra mujeres por parte de hombres. Sin embargo, si una mujer sufriera violencia por parte de un hombre, le recordaría que también la Iglesia sugiere a las mujeres alejarse de casa, en ciertos casos; la Iglesia nunca ha dicho de recibir golpes, nunca se ha pedido el martirio.

¿Y los periodistas que te han llamado, qué te han preguntado?

--Costanza Miriano: Ninguno de los periodistas que me ha llamado había leído el libro. A todos les he preguntado qué pasaje era ofensivo o incitaba a la violencia. Una colega me ha respondido que son controvertidos los puntos en los que escribo: "estate de acuerdo con él", "tened un hijo", "obedécele". Por tanto yo he intentado explicarle que mi libro reflexiona sobre el nudo del pecado femenino que es el deseo de control. Una cualidad buena de la que Dios no ha dotado es la de saber educar, es nuestra llamada. Y también nuestra cualidad puede ser mal utilizada para manipular, no permitir a los otros ser. Y a nuestro alrededor vemos tantas mujeres con este deseo de control, de poder.

Me parece que esta invitación a la sumisión sea, más bien, una invitación a la mujer a redescubrir su verdadera belleza, a sacudirse estas dificultades, a encontrar sus cualidades y capacidades de madre. Me parece que es un libro lleno de elogios a las mujeres ¿no? Cierto, entre mis lectoras no todas estarán entusiasmadas, algunas no estarán completamente o para nada de acuerdo  conmigo, pero muchas me han escrito: "me has devuelto mi verdadera belleza", "lo que siempre he pensado y que nadie me decía", "lo que yo misma no tenía el valor de decirme", "me has ayudado a reencontrar mi verdadera vocación", "he decidido finalmente casarme", "hemos tenido otro niño"... Me parece un libro positivo, que hace una propuesta, que no impone un juego a las mujeres".

¿No es paradójico que de los partidos de izquierda, de orientación liberal, quieran suprimir la libertad de opinión de una mujer?

--Costanza Miriano: En nombre de la libertad, se elimina la libertad. Alguien me ha sugerido que denuncie yo también. Sin embargo, me parece que están en venta libros de gran éxito, con escenas graves que implican a las mujeres, que me parecen mucho más lesivas de la dignidad femenina. Lo que toca la fibra sensible de todo es la autodeterminación: poder ser libre de decidir qué es el bien y qué es el mal, incluso si ser hombre o mujer. Y la ideología de género no sería impuesta a la fuerza si fuera algo natural. Al fondo de todo está siempre el rechazo de un Dios Padre que nos dice qué es el bien y qué es el mal. Y el mismo rechazo - que se manifiesta con la anticoncepción y con el aborto - de acoger la palabra del Padre sobre la vida. Por tanto es más tolerada la historia de una sadomasoquista,  de una víctima voluntaria de prácticas eróticas, respecto a una que te dice: fíate de tu  marido, obedécele, haz un esfuerzo por ver lo bello de lo que él dice y hace... Esto es juzgado como escandaloso porque ofende el pilar de la concepción actual del hombre: yo estoy en el centro y no escucho ninguna voz que no venga de dentro de mí. Al final es el rechazo de Dios al centro de todo. No hay palabra más escandalosa que "sumisión" u "obediencia". Incluso "morir" hace menos escándalo. Cásate y muere por ella  ha hecho menos escándalo, incluso es más fuerte el verbo "morir" que el verbo "someter". La muerte, sin embargo, es menos tabú que la sumisión: renunciar a la propia sumisión es el tabú más grande, en mi opinión.

¿Cuál es su opinión sobre los acontecimientos que están sucediendo en Europa "en contra de la familia" entendida de la forma en la que lo hace la Iglesia?

--Costanza Miriano: Cualquier opinión (a parte las opiniones que sean la defensa de un delito) expuestas con gentileza, sin ofender a nadie, deben tener el derecho de ciudadanía. No se puede concebir que una persona sea arrestada sólo porque lleva una camiseta con un logo de una familia padre-madre-hijos. A menudo veo por la calle contenidos pornográficos que me obligan a decir a mis hijos: "¡mirad hacia allá! Parece que todas las opiniones puedan ser expresadas libremente, menos las que recuerdan al hombre que es criatura. Es una verdadera guerra contra Dios y contra el anuncio que nosotros somos criaturas amadas. Esto es el contenido que quisiera hacer llegar a las feministas. Entiendo que mi libro haya tocado nervios descubiertos de algunas mujeres sobre ciertos temas, quizá porque han sido heridas en el pasado por hombres egoístas o porque tienen  heridas que perdonarse: quizá hayan abortado... Al centro de toda esta gran batalla por la autodeterminación está este concepto: yo me autodetermino y si tú me dices que no es así, debes callarte, yo respondo solo a mi conciencia... Para nosotros la conciencia es algo que no te das solo sino que, como decía también Benedicto XVI, es rectamente formada: es el lugar en el que descubres que es Otro quien decide qué es el bien y qué es el mal. Creo que en el fondo de todas estas leyes quiere impedir que alguien recuerde esta realidad del hombre: nosotros no nos determinamos solos. Pero es una buena noticia, es la buena noticia: somos criaturas amadísimas de un Padre que da la vida por nosotros. Y cuando nos oponemos contra estas leyes nosotros no estamos contra los homosexuales, las feministas o los abortistas. Estamos contra el aborto, no contra quién ha abortado. No estamos contra las personas, ni contra nadie.

Traducido del italiano por Rocío Lancho García